miércoles, 29 de febrero de 2012

8) YA ESTAMOS EN LA POSADA



Posada Samaritana


¿ y . . . AL DIA SIGUIENTE. . .?

Hemos ido recorriendo la Parábola y, en este caminar, nuestros conocimientos, nuestros saberes y nuestra inteligencia parece que han funcionado en el sentido correcto humanamente expresado, a pesar de las realidades descritas en las reflexiones anteriores concernientes al “hombre”, a El Samaritano y a los otros personajes. También ha aflorado en nosotros la compasión. Nuestra conciencia, nuestros sentimientos y nuestros principios se han puesto a prueba y han respondido a este momento concreto, actuando según las exigencias de nuestro credo, de nuestra verdad profesada.

Ha actuado según correspondía a su fe heredada, y ha llegado a la posada quedándose con el herido y no se le ha hecho de noche para la continuación de la generosidad y del compromiso: Ha seguido cuidándole hasta el día siguiente. ¡Cuánta responsabilidad!

Cada paso que se da hacia adelante en la entrega socio-caritativa de uno mismo, es una responsabilidad mayor que se adquiere con el prójimo y con la sociedad; entrega que, somos conscientes, ha de ejercitarse no como una carga, ni como una obligación, sino sabiendo que es una donación personal sin mayor coste, y con muchísima y grandísima recompensa interior.

Por ello, vamos a pensar con un poquito de detenimiento en la situación sobrevenida en la posada; ya podemos apreciar que El Samaritano está a punto de conseguir involucrar al posadero en una atención humanitaria hacia el herido y lo va a lograr por dos realidades: Una, por la conducta del propio PRÓJIMO (su testimonio) que arrastrará al del albergue a actuar responsable y caritativamente y, otra, porque éste, el posadero, recibirá la recompensa inherente a todo el que presta un servicio honesto y solícito en el ejercicio normal de su trabajo.

Acogida responsable y testimonio desinteresado: dos condiciones para poder hacer hoy lo mismo que en aquel tiempo de la parábola y continuar nuestra entrega en el día siguiente.

 EL RÚSTICO

1 comentario:

  1. Valoro y mucho la acción caritaiva del samaritano: no dejó tirado a aquel que le necesitaba, ni miró para otro lado ni pasó de largo. Veo ahí la hermosa lección de la uqe tenemos que tomar ejemplo.
    El posadero, en cambio,recibió al herido, sí, pero no nos costa que pusiera con él más que lo justo, es decir, le atendió a cambio de un precio. No sabemos si ese fue un precio especial o el precio de mercado. Ya se que no es poco.Hizo, en justicia, lo que tenía que hacer: prestar un servicio y cobrarlo. Y si lo hice bien, que lo hizo, ya es bastante. Ya no se le puede pedir más. ¿O sí? Me viene a la cabeza las palabras de la Hna. Mª Jesús Dominguez, en la 1ª charla cuaresmal:el cristiano tiene que pasar de la justicia al amor. No basta, pues, con atender y pagar lo justo, el cristiano, si quiere ser auténtico, ha de dar algo más, ha de poner amor. POR ESO ES TAN DIFICL SER CRISTIANO.

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