jueves, 30 de junio de 2016

LO MÁS IMPORTANTE



En el evangelio del día en que escribimos este pequeño artículo para el blog un escriba le pregunta a Jesús. "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" ¿Qué es lo más importante para acertar en la vida?

En nuestra vida nosotros quizá también nos hacemos esta pregunta porque en el cristianismo se han acumulado tantas normas y preceptos, costumbres y ritos, que quizá llegue un momento en que no sabremos qué es lo fundamental para orientar la vida de manera sana.

Si nos fijamos Jesús no le cita los mandamientos de Moisés. Sencillamente, le recuerda lo que debe hacer: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón… y al prójimo como a ti mismo".

Esta claro que lo importante no es aprender las normas y cumplirlas. Algunas por otra parte sin  mucho sentido.  Lo importante es amar a ese Dios maravilloso que está en los otros. Nos pide que amemos la vida, las personas, las cosas, de forma generosa. Y ¡cuidado!, no confundamos al amor a Dios con las prácticas religiosas.

Amar es no dar la espalda a los que sufren, sino darle nuestra mano y nuestra sonrisa.

Un abrazo

Huellas

miércoles, 29 de junio de 2016

EL HERMANO ES TIERRA SAGRADA


 “Lo que hicisteis con uno de estos mis hermanos pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40).

Me estremece esta palabra y me invita a entrar dentro de mí descalza para poder introducirme en la realidad de los demás con respeto sagrado. Calzado son, para mí, los prejuicios, juicios, exigencias…etc.

La Palabra me bautiza constantemente y me sacraliza, por eso me causo un profundo respeto: Soy tierra sagrada.

Al darme cuenta de esta realidad se me salen los zapatos de los pies para poder entrar en mi santuario interior descalza. Allí me espera el Señor Jesús para recordarme que lo que haga conmigo misma, con él lo hago, y con todos los hermanos.

¿Qué hago conmigo misma? Entro en mi aposento y pido al Señor luz para mí, transparencia ante él. Deseo verme por dentro para conocerme tal como soy; sin componendas y sin componentes, en verdad, con humildad, en pobreza. Sin disculparme, sin engañarme, porque es muy fácil que todo esto me suceda y no me de cuenta.

Profunda sinceridad, porque si me pongo ante mí con respeto y dejo que la LUZ me ilumine, además de verme yo, veo a Jesús que vive en mí y con él veo a todos los hermanos del mundo.

Solo puedo descalzarme ante los demás si soy yo misma y no pretendo ser otra persona, aunque sea mejor que yo.

Solo puedo descalzarme cuando siento mi pobreza de forma especial, y solo desde mi necesidad bañada en la transparencia de Jesús el Señor, que incesantemente se derrama sobre mi vida, se puede realizar este sacramento de amor y comunión.

Solo en pobreza puedo reconocer a los hermanos como tierra sagrada, en la que Dios ha plantado su misterio y florece y fructifica constantemente. “Lo coronaste de gloria y dignidad” (Sal 8).




Sor María de Gracia, O. S. H., Junio 1996

lunes, 27 de junio de 2016

CAMPERA



El domingo 12 de junio, Día del Señor, nos dirigimos los distintos Equipos de Nuestra Señora de León a celebrar el final de curso y el inicio de las vacaciones, al Seminario Redemptoris Mater de León. No estábamos todos los que somos, pues siempre hay alguna ausencia, pero tratamos de fomentar el espíritu de alegría, confianza y familia que regenta a los ENS y rezamos por los que no pudieron asistir.

Entre besos, abrazos, sonrisas y alegrías nos fuimos incorporando las familias que participamos, y por último los consiliarios más rezagados. No les tiraremos de las orejas puesto que la tardanza estaba justificada: Domingo, pueblos, parroquias, Eucaristías...

Los más madrugadores en acabar la comida y después de compartir los postres, sacaron sus barajas de cartas para desarrollar y exhibir toda su maestría ante curiosos que circundaban las mesas. Entretanto los niños correteaban de acá para allá en un ambiente muy tranquilo y acompañados por un día, que pese a amenazar lluvia, ésta no quiso hacer acto de presencia. 

Después nos hicimos la foto conjunta, junto a la imagen de Nuestra Señora de Fátima en una capillita al aire libre muy acogedora a la que suelen acudir los seminaristas que habitan por esos lares a rezar el Rosario. Desde los Equipos oramos con nuestra oración predilecta, el Magnificat.

Después celebramos la Eucaristía en un ambiente recogido de paz y de mucha alegría. A ello contribuyó y mucho el equipo encargado de organizar la Eucaristía y también el simpático sacerdote que presidió la misma. Realizó al final un guiño al Movimiento y rápidamente echamos las redes… quien sabe si tendremos un nuevo consiliario a la vista.

Finalmente, recogida de todo lo que nos habían cedido para hacer este día más favorable, sillas y mesas, y agradecimiento al Seminario Redemptoris Mater por la acogida, por la labor que están haciendo y por haber contribuido a que pudiéramos seguir sembrando la alegría, oración y vida que transmitimos los ENS.

Toño Nuria LE-14  


domingo, 26 de junio de 2016

PONTE EN MARCHA

LUCAS 9, 51-62

51 Cuando iba llegando el tiempo de que se lo llevaran a lo alto, también él resolvió ponerse en camino para encararse con Jerusalén.

52 Envió mensajeros por delante; éstos entraron en una aldea de Samaría para preparar su llegada, 53 pero se negaron a recibirlo, porque había resuelto ir a Jerusalén.

54 Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le propusieron:

- Señor, si quieres, decimos que caiga un rayo y los aniquile.

55 Él se volvió y los increpó. 56 Y se marcharon a otra aldea. 57 Mientras iban por el camino, le dijo uno:

- Te seguiré adondequiera que vayas.

58 Jesús le respondió:

- Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.

59 A otro le dijo:

- Sígueme.

El respondió:

- Señor, permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.

60 Jesús le replicó:

- Deja que los muertos entierren a sus muertos.

61 Otro le dijo:

- Te seguiré, Señor, pero permíteme despedirme primero de mi familia.

62 Jesús le contestó:

- El que echa mano al arado y sigue mirando atrás, no vale para el reino de Dios.

Jesús nos invita a seguirle. Es un ofrecimiento. No es una imposición. Seguir a Jesús es una opción.

Los equipistas sabemos que es la mejor opción. Y la hemos elegido voluntariamente.

¿Con eso es suficiente? No. Porque necesitamos ser consecuentes con esa elección.

¿Qué es lo más importante en esa opción? Confiar en Él. Quien crea que con decir que sigue a Jesús tiene bastante, está equivocado. Pero quien crea que seguir a Jesús es poner todo nuestro empeño, y solo nuestro empeño, en esa tarea, también está equivocado. Porque seguir a Jesús es abandonarse a Él, dejar que sea Él quien nos indique el camino, ponernos en manos de Él. Dejar que sea Él quien nos ayude.

¿Y eso cómo se hace? Desde la oración. Sabemos que todos los grandes santos, todos los hombres y mujeres que dedican su vida a seguir a Jesús, llenan mucho parte de su tiempo con la oración.

Los equipistas tenemos entre nuestros medios de esfuerzo la oración personal y la conyugal. Estos son los alimentos para saber estar con Jesús, para dejar que Él nos vaya indicando el camino, para abandonarnos a Él. Eso es seguir a Jesús. Eso es lo que nos pide en este domingo.


En el siguiente video nos invita a ello, dejando aparte las excusas que podamos tener. Seguir a Jesús es estar en marcha continuamente.  La canción que pusimos ayer también te invita a seguirle.


sábado, 25 de junio de 2016

SÍGUEME

Hoy Jesús te invita a que le sigas. ¿Quieres hacerlo? Escucha la canción.






SÍGUEME, SIN MIEDO,
SIGUEME, QUE TE QUIERO
SIGUEME, SIGUEME
TOMA TU CRUZ, TUS ALEGRÍAS
TÓMA TU VIDA Y SÍGUEME
SÍGUEME, SÍGUEME
TOMA TU VIDA Y SÍGUIME

Si las dudas son tu cruz ponlas en mí
si los miedos pesan cárgalos en mí
yo seré tu fuerza, un refugio para ti
déjame habitar tu vida, hacerte feliz

SÍGUEME, SIN MIEDO,
SIGUEME, QUE TE QUIERO
SIGUEME, SIGUEME
TOMA TU CRUZ, TUS ALEGRÍAS
TÓMA TU VIDA Y SÍGUEME
SÍGUEME, SÍGUEME
TOMA TU VIDA Y SÍGUIME

Si la sed no te abandona, bebe de mí
deja que sea tu fuente, confía en mí
no es ganar o perder, sino vivir
y encontrar la paz permaneciendo en mí

SÍGUEME, SIN MIEDO,
SIGUEME, QUE TE QUIERO
SIGUEME, SIGUEME
TOMA TU CRUZ, TUS ALEGRÍAS
TÓMA TU VIDA Y SÍGUEME
SÍGUEME, SIGUEME
TOMA TU VIDA Y SÍGUEME
TOMA TU VIDA Y SÍGUEME




Salomé Arricibita

viernes, 24 de junio de 2016

EL AMOR ES DAR





MUCHAS PELÍCULAS NOS PRESENTAN UN AMOR PASAJERO.

EL SILENCIO NOS ABRE AL AMOR DEL CORAZÓN QUE NO PERECE

PORQUE EL AMOR AUTÉNTICO ES DONACIÓN.

NO ESPERA NADA. ES DAR.



jueves, 23 de junio de 2016

JUAN XXIII



Falleció el 3 de junio de 1963

En este mes se cumple los cincuenta y tres años de la muerte de Juan XXIII. Murió en una tarde de junio en la que muchos intuyeron que aquel hombre había abierto la Iglesia del siglo XX a la Modernidad.

Nosotros éramos aún muy jóvenes, pero ya entonces intuíamos que había muerto alguien muy grande. Y no nos equivocábamos. Han pasado los años y siempre parece que su reconocimiento crece más.

Su cara irradiaba esa bondad y misericordia de la que este año el papa Francisco nos habla tanto. Parece su sucesor en esa sonrisa que acoge. Su pontificado fue corto, 4 años, pero  parece inmenso por todo lo que removió y por el concilio que convocó y que aún no se ha puesto totalmente en práctica.

Lo que más nos asombra es su capacidad de leer los signos de los tiempos, algo que posteriormente ha costado tanto a la Iglesia y que aún en ciertos temas le sigue costando.

La primera etapa del papa actual es como otra primavera eclesial. Ojala  la Iglesia como institución se abra a una nueva actualización venciendo en su interior su resistencia a los signos de los tiempos.

Por eso le pedimos a este papa bueno, que desde la otra vida siga trabajando para que todos nos abramos a la acción del Espíritu

Un abrazo

Huellas



miércoles, 22 de junio de 2016

LA PACIENCIA

Cuántas veces queremos las cosas ya
Cuántas veces nos exasperan algunas comportamientos
Cuántas veces estamos llenos de rabia porque las cosas no salen como queremos
Cuántas veces queremos alterar el ritmo de otros
Hoy os invitamos a la paciencia
Este video nos puede ayudar.
Cuando hagas la oración pide a Dios que te ayude a ser paciente.

 

martes, 21 de junio de 2016

DESAPRENDER


Cada día más, me habita la certeza de que no he elegido estar donde estoy ni decir lo que digo. No he elegido estar aquí.

Todo se ha ido dando, en una coherencia admirable, que solo he podido percibir a posteriori.

Constituye para mí una evidencia el hecho de que he sido –estoy siendo- conducido hacia donde “no sé” a partir de lo que “creía saber”…

Creía saber qué era “creer” y quién era “Dios”; quién era “yo” y qué era mi “vocación”.

Y se me ha regalado percibir la realidad de una manera tal, que ha dado la vuelta a todas mis ideas y creencias.

Había creído en un Dios personal, Padre amoroso…, y descubrí que, aun sobre la base de una intuición sabia, esa idea era fruto de una proyección mental. No me resultó fácil decir adiós a aquel dios en quien había creído sostener mi vida y mi propia identidad. Fue necesario un duelo intenso en el que llorar -y despedirme de- mis sentimientos de orfandad y de culpa.

Y, sin embargo, en este nuevo desaprendizaje, la caída de dios me mostró a Dios.

El camino empezó queriendo “acercarme” a Dios y “encontrarme” con él. Y se me ha hecho ver que entre Dios y yo no hay distancia para un camino: somos no-dos.

Tuve que fortalecer mi yo y llegué a identificarme con él, con sus necesidades, sus deseos y sus miedos, sintiéndome con frecuencia como si estuviera en una noria cansina. Y se me ha hecho descubrir que ese yo no tiene nada que ver con mi verdadera identidad.

Crecí identificado también con una creencia, recibida como “la verdad”, a la que me aferraba en busca de la seguridad que mi yo necesitaba. Y se me ha hecho patente que es necesario dejar caer todas las creencias, porque terminan convirtiéndose en obstáculo para abrirse a la verdad. He visto que la Verdad es inapresable, que no se la puede pensar, aunque se la puede “ser”. Y, al serla, se la conoce y se muestra en su radiante luminosidad.

Me moví en un mundo de dualidades, fronteras y etiquetas. Y me han abierto los ojos para ver que todo lo que se muestra no es sino expresión y despliegue de lo Único real, el Misterio del Ser, el Fondo de todo fondo, la Mismidad de lo que es; que todo lo que pasa no es sino la otra cara de Lo que es.

Busqué la salvación en el mundo de las formas. Y se me hizo caer en la cuenta de que ese es solo un mundo onírico, del que hay que despertar.

Me devané intentando hallar el sentido de mi existencia -¿para qué estoy aquí?-. Y se me regaló la plenitud de sentido en cuanto pude detener mi mente: vi que el sentido no es algo “añadido” a la existencia, sino otro nombre más de lo que es, de lo que somos. Y que, silenciada la mente, se muestra por sí mismo en plenitud.

Me fatigué desde un perfeccionismo cuya meta era siempre “hacer”. Y se descorrió el velo que me permitió reconocer que se trata solo de ser, y que todo lo demás “se da por añadidura”.

Creí encontrar en Jesús el “salvador” de mi vida. Y se me mostró que todo está ya “salvado”, que no hace falta sino “verlo”, y que Jesús no era alguien separado, sino mucho más: nada menos que un “espejo” nítido y radiante en quien ver reflejada mi (nuestra) verdadera identidad.

Crecí en una religión que me ofrecieron como “la verdadera”. Y se me ha ofrecido palpar el “territorio” al que todas las religiones, como mapas, conducen: la espiritualidad transconfesional y transreligiosa.

Fui ordenado sacerdote en el marco de una religiosidad y teología dualista. Y, sin saber previamente cómo, me he visto traído a una vivencia universal que trasciende roles y etiquetas.

Pero aún faltaba el aprendizaje mayor. Desde niño crecí pensando que tenía que ser “alguien”, que todo dependería de mi esfuerzo, que tenía que aprender a controlar todo… El objetivo, aunque no siempre explícitamente declarado, no era otro que fortalecer el sentimiento de la que consideraba mi identidad: llegar a ser yo. Había aprendido que ese era el objetivo último de la existencia, y que a ello debían encaminarse todos los esfuerzos…

Y, de pronto, de manera imprevista y sorpresiva, se me hace ver que también ese yo era solo otra creación mental. No existe tal cosa como “yo”; eso es solo un personaje del sueño, una “forma”, una apariencia… Veo claro que lo que soy es Consciencia, Vacuidad, Espaciosidad…, compartida con todas las otras “formas”. Cae toda apropiación. No hay nadie que haga nada. Y, sin embargo, todo se hace.  Cae igualmente todo orgullo y toda culpa.

Y aquí estoy… Aquí he sido conducido…

Por caminos de soledades y de plenitud, de “no saber” y de evidencias, de desconcierto y de luz, de resistencias y de entrega…, hasta la rendición ante Lo que es.

Necesito seguir expresando todo esto, aun siendo consciente de que, al hacerlo, vuelvo a caer en la dualidad –las palabras y los conceptos no pueden superar esa barrera-, pero sé bien que, en realidad, no es “nadie” quien esto expresa.

Celebro con gozo la Unidad que somos, lo único realmente Real, La Consciencia una que sostiene las mil formas aparentes, la Vida que juega a “disfrazarse” en cada uno de nosotros.

Celebro el desaprender… Solo queda Admiración y Gratitud.




Enrique Martínez Lozano

lunes, 20 de junio de 2016

HABLA HENRI CAFFAREL




¡BUENAS VACACIONES![1]

Las vacaciones. Las esperáis, y no solo como un simple descanso, sino como una reparación física y espiritual. Tenéis razón.
Ahora bien es probable, si no estáis alerta, que a la vuelta, dentro de dos meses, al mismo tiempo que una renovación del vigor físico notéis una bajada de vuestro “tono” espiritual.
Querría explicaros este fenómeno tan corriente.
Por definición, las vacaciones son un tiempo en el que se está liberado de las exigencias del trabajo, escolar o profesional (a menudo desafortunadamente las madres de familia no se libran de las tareas del hogar; pero esta es otra cuestión, que merece que se le encuentre solución).
Por eso está bien escapar a las exigencias. Hacer lo que gusta ¡qué tranquilidad! Ahora bien ahí está justamente el punto neurálgico. Seguirme bien. El amor consiste en buscar y hacer lo que le agrada a otro – no a sí mismo – y, para el cristiano, en hacer lo que agrada a Dios. No obstante, hacer lo que nos gusta, y porque nos gusta, es dar vacaciones al amor y por el mismo hecho exasperar nuestro “tono” espiritual que es función del amor. Peor aun, es emprender una pendiente terriblemente peligrosa, pues no hay avenencia posible entre el amor egoísta (que sería mejor designar con su nombre bíblico: la codicia, 1Jn 2, 16-17, Sant. 1, 14ss) y el amor a Dios: cada uno reivindica, en nuestro corazón, todo el sitio. San Agustín lo ha expresado en términos duros: “Dos amores han construido dos ciudades, el amor egoísta hasta el menosprecio a Dios, la ciudad terrestre; el amor a Dios hasta el desprecio de sí mismo, la Ciudad celeste”.
¿Quiere esto decir que es preciso proyectar unas vacaciones ascéticas, eliminando toda actividad alegre, sosegada, que entusiasme?  ¡Claro que no! Pues al Padre le agrada que sus hijos conozcan el descanso y la alegría, que en su corazón habite la admiración y la alabanza. Pero, que todo se viva en le medida en que, y porque, esto le gusta a nuestro Padre. Así el amor se intensificará, alegrará nuestro corazón, renovará nuestras fuerzas, ganará terreno en nosotros.
Todo está en esto: el alma de nuestras actividades en vacaciones, ¿estará en el amor egoísta, o en el amor a Dios? Lo primero debilita, lo segundo tonifica.

H.C




[1] LETTRE MENSUELLE DES EQUIPES NOTRE-DAME, Juillet 1962,  XV/10

domingo, 19 de junio de 2016

EL CRISTIANO TIENE QUE IMPLICARSE


LUCAS 9, 18-24
18 Una vez que estaba orando él solo, se encontraban con él los discípulos y les hizo esta pregunta:

- ¿Quién dice la gente que soy yo?

19 Contestaron ellos:

- Juan Bautista; otros, en cambio, Elías, y otros un profeta de los antiguos que ha vuelto a la vida.

20 Entonces él les preguntó:

- Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Pedro tomó la palabra y dijo:

- El Mesías de Dios.

21 Pero él les conminó a que no lo dijeran absolutamente a nadie. 22 Y añadió:

- El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser rechazado por los senadores, sumos sacerdotes y letrados, sufrir la muerte y, al tercer día, resucitar.

23 Y, dirigiéndose a todos, dijo:

- El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue cada día con su cruz y entonces me siga; 24 porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, ése la pondrá a salvo.

Si hoy preguntásemos a la gente quién es Jesús, las respuestas también serían variopintas. Muchos coincidiríamos que Jesús es Dios. Pero este evangelio no trata de revelarnos tanto quién es Jesús sino las consecuencias de seguir a Jesús.

Jesús no se presenta como un ser poderoso al estilo humano. Se presenta como una persona que va a padecer, va a sufrir y va a resucitar. Porque lo determinante es que el que quiere seguir a Jesús ha de saber que va a ser difamado, perseguido, atropellado, insultado, ninguneado. ¿Por qué tiene que ser así? No tenemos respuesta. Pero, si queremos, de verdad, seguir a Jesús no podemos ser indiferentes a la injusticia, al odio, al revanchismo, al hambre, a la guerra.

¿Cómo es nuestra vida? ¿Nos implicamos en la denuncia de las injusticias? ¿Nos ocupamos del pobre y del débil? ¿Nos es indiferente que haya gente buscando un lugar donde vivir en paz? ¿Compartimos nuestros bienes?


Cuando hoy hagas la oración, pregúntate por estas y otras realidades parecidas. Y escucha a Dios. Jesús tiene algo que decirte.  El siguiente video nos pone frente a una realidad evidente: comparémosla con lo que hizo Jesús. 


sábado, 18 de junio de 2016

NO ME DOY POR VENCIDO

Quizás estás pasando un mal momento. O un momento espléndido.

Quizás te pueda la pereza. O, al contrario, no pares.

Quizás tengas ganas de hacer y hacer o de no hacer nada.

Sea cual sea la situación que pases no te des por vencido.

viernes, 17 de junio de 2016

EL MATRIMONIO





Entonces, Almitra habló otra vez: ¿Qué nos diréis sobre el Matrimonio, Maestro?

Y él respondió, diciendo:

Nacisteis juntos y juntos para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte espar­zan vuestros días.
Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios. Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del arnor una ata­dura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.
Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están solas, aunque tiemblen con la misma música.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañe­ro lo tenga.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener los cora­zones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos. Porque los pilares del templo están aparte.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.

Khalil Gibran. Del libro El profeta.

(Khalil Gibrán fue (aparte de pintor) poeta, novelista y ensayista. Nació en Líbano, aunque escribió su obra en inglés, ya que gran parte de su vida residió en Estados Unidos


El profeta es un libro que mezcla espiritualidad, sabiduría y poesía en prosa. Está dividido en varias partes, en las que Almustafá (el profeta), con tono sentencioso y a la vez poético, va tratando diferentes temas esenciales del Hombre, como "el amor", "el matrimonio", "la alegría y el dolor", "la libertad", "el conocimiento"... )

jueves, 16 de junio de 2016

LA PUERTA AZUL



Y como no hay dos sin tres, aquí está la tercera puerta: la azul.

Y qué nos sugiere esta puerta? Primero nos dice que es una puerta de arte árabe y que es preciosa. Pero es una puerta cerrada. Quizá debamos abrirla entre todos, entre los musulmanes y los cristianos, porque las puertas se hacen para ser cruzadas y comunicar los dos mundos que ahora están tan separados.

Quizá ese mantener cerradas las puertas es la causa de que haya este distanciamiento, porque no nos conocemos lo suficiente; y ese alejamiento y desconocimiento lo que trae es miedo al otro. Los musulmanes creen en un Dios que seguro que es muy parecido al nuestro. Quizá seamos las personas las que con tantas normas hemos separado la imagen de Dios.

Seguro que si habláramos todos reconoceríamos que nuestro Dios es bueno, misericordioso, fiel, dulce… porque al final es el mismo Dios.

Abramos nuestras puertas a conocernos y acercarnos unos a los otros y Dios nos ayudará a que seamos todos hermanos.

Un abrazo


Huellas

miércoles, 15 de junio de 2016

EL CAMBIO


Si estamos tristes, sin vitalidad,..."muertos", las cosas externas no pueden darnos Vida, solo mirando dentro de nosotros, podemos encontrar la luz y el amor que da sentido a nuestra realidad.

martes, 14 de junio de 2016

MORIR PARA RENACER



Nos resistimos una y otra. Tú, yo, casi todos.
Nos resistimos a acoger la frustración, la tristeza, el desengaño.
Nos resistimos a aceptar la ira, la incertidumbre, la indolencia.
Nos resistimos a ver nuestras mezquindades y nuestras sombras.
Nos resistimos a morir a tantas cosas innecesarias.
A recogernos como orugas.

Solo así podremos amanecer como mariposas

lunes, 13 de junio de 2016

SOPORTAR CON PACIENCIA A LAS PERSONAS MOLESTAS


Todos conocemos a personas que nos resultan difíciles. Los motivos pueden ser de lo más dispares: que habla demasiado, que casi no habla, que sus ideas son irracionales, que es un frívolo, un maleducado o un pesado...incluso puede haber cosas totalmente subjetivas que hacen que cojamos manía a gente que no ha hecho nada malo. Parece que está en la naturaleza humana que haya personas con las que sintamos más afinidad que con otras.

Una palabra que arroja luz a esta aparentemente difícil obra de misericordia es sobrellevar. El diccionario de la RAE la define como llevar a cuestas una carga para aliviar a otra persona. Sobrellevarse mutuamente, que dice San Pablo, no significa ser amigo de todo el mundo, ni mucho menos. Lo que sí significa es asumir que todos llevamos cargas, algunos más pesadas que otros, que en algún momento necesitamos que alguien comparta con nosotros y nos ayude a seguir el camino.

Dicen que era Platón el que invitaba a ser amable con todo el mundo, porque todos estamos librando una gran batalla en nuestro interior. De esa batalla, surgen los defectos y las posibles molestias a los demás. Identificar en nosotros esa batalla nos hace ver a los demás con otros ojos, pues muchas veces, esas batallas no son culpa de nadie sino consecuencia de las circunstancias, más o menos duras, por las que ha pasado una persona.

Y siempre debe hacerse con paciencia. La paciencia, como decía Santa Teresa, todo lo alcanza. En el caso de los defectos de los demás, nos ayuda a descubrir que, muchas veces, la persona no va a cambiar eso que tanto nos molesta. La caridad cristiana nos anima a no desesperar, y a ver los defectos de esa persona con los mismos ojos con los que los ve Dios.



 

Pedro Rodríguez Ponga SJ

domingo, 12 de junio de 2016

DIOS ES PERDÓN, APRENDAMOS A PERDONAR Y A SER PERDONADOS

El perdón va de la mano de la caricia

LUCAS 7, 36 a 8, 3

36 Un fariseo lo invitó a comer con él. Entró en casa del fariseo y se recostó a la mesa.

37 En esto, una mujer conocida en la ciudad como pecadora, al enterarse de que estaba a la mesa en casa del fariseo, llegó con un frasco de perfume, 38 se colocó detrás de él junto a sus pies, llorando, y empezó a regarle los pies con sus lágrimas; se los secaba con el pelo, se los besaba y se los ungía con perfume.

39 Al ver aquello, el fariseo que lo había invitado dijo para sus adentros:

- Éste, si fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo está tocando y qué clase de mujer es: una pecadora.

40 Jesús tomó la palabra y dijo:

- Simón, tengo algo que decirte.

Él respondió:

- Dímelo, Maestro.

- 41 Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. 42 Como ellos no tenían con qué pagar, se lo perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le estará más agradecido?

43 Contestó Simón:

- Supongo que aquel a quien le perdonó más.

Jesús le dijo:

- Has juzgado con acierto.

44 Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

- ¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con su pelo. 45 Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró no ha dejado de besarme los pies. 46 Tú no me echaste ungüento en la cabeza; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. 47 Por eso te digo: sus pecados, que eran muchos, se le han perdonado, por eso muestra tanto agradecimiento; en cambio, al que poco se le perdona, poco tiene que agradecer.

48 Y a ella le dijo:

- Tus pecados están perdonados.

49 Los comensales empezaron a decirse:

- ¿Quién es éste, que hasta perdona pecados?

50 Pero él le dijo a la mujer:

- Tu fe te ha salvado; vete en paz.

8 - 1 A continuación fue también él caminando de pueblo en pueblo y de aldea en aldea, proclamando la buena noticia del reinado de Dios.

Lo acompañaban los Doce 2 y algunas mujeres, curadas de malos espíritus y enfermedades: María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; 3 Juana, la mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana, y otras muchas que les ayudaban con sus bienes.

El relato del evangelio de este domingo nos lleva directamente al perdón. Una mujer pecadora, consciente de su pecado, confía en Jesús y hace lo que está a su alcance para que Jesús le perdone. Y Jesús, le otorga el perdón. En el lado opuesto está el fariseo que cree que todo lo hace bien porque cumple la norma. Jesús afea su comportamiento soberbio. Y aquí está la enseñanza: a nadie tenemos que condenar, porque Dios es el padre bueno que siempre perdona. ¡Aprendamos de Él! Pero, cuidado, esos comportamientos que se apartan del amor -la soberbia del fariseo, la conducta pecaminosa de la mujer, nuestra intolerancia- tienen que cesar en nuestras vidas.


Hoy vamos a dejar que sintamos dentro de nosotros el Dios que nos perdona. Hoy, en nuestra oración, vamos a hacer un repaso de comportamientos y actitudes en los que no hemos sido amigos del perdón. ¡Cuidado con la soberbia! No caigamos en la actitud del que cree que todo lo hace bien. Fíjate en las cosas sencillas, en las situaciones vividas hoy. También vamos a mirar nuestro corazón con actitud de perdón. Porque nosotros somos merecedores de ser perdonados. Dios está siempre despierto a nuestras solicitudes. 

Quizás, después de hacer este ejercicio de perdón, te sientas tan bien y estés tan satisfecho que no puedas ocultarlo. Como la belleza de esta flor.
  
  

viernes, 10 de junio de 2016

FÍSICA CUÁNTICA. RELIGIÓN CUÁNTICA


Me parece, a la vez, profundamente revelador y esperanzador el hecho de que sea, dentro mismo de la ciencia, donde se haya producido un cuestionamiento radical de los postulados materialistas y de las pretensiones cientificistas.

A pesar de que las implicaciones de sus resultados no se hayan plasmado todavía en el imaginario cultural colectivo, la física cuántica ha revolucionado los presupuestos sobre los que se asentaba la física clásica o newtoniana. En sus escasos cien años de vida, ha supuesto un cambio radical de paradigma, de consecuencias enriquecedoras. Efectivamente, a tenor de sus descubrimientos incontestables, las cosas no son lo que parecen: la mente –y el llamado “sentido común”- nos engaña con mucha facilidad.

Curiosamente, la principal intuición procedente del nuevo paradigma científico no es tecnológica. La física cuántica viene a confirmar algo para lo que no se hallaba explicación racional: la estrecha relación entre nosotros y con todo el cosmos. Hasta finales de la última década, los científicos y las mentes científicas consideraron una ilusión la interconexión entre los seres humanos y de estos con la naturaleza.

Sin embargo, los experimentos contrastados en el mundo de las partículas elementales han superado aquellas viejas concepciones atomistas, para afirmar que la realidad a la que denominamos universo es un todo integrado, sin fisuras.

Y, curiosamente, esa es la experiencia espiritual genuina. A partir de ahí, parece que la actitud sabia consiste en abrirnos a esa nueva visión que está emergiendo, ya que –como decía Krishnamurti- “de esta crisis sólo podremos salir mediante una transformación radical de la mente”.

El denominador común de esta nueva cultura emergente es el holismo: Como ha escrito Ervin Laszlo, “entre nosotros se extiende una nueva epidemia: cada vez son más las personas infectadas por el reconocimiento de su unidad”. Es así: crece por doquier la conciencia de la interrelación de todo, de la no-separación, de la no-dualidad radical. Y esa nueva conciencia, que va conformando una nueva cultura, afecta también a todas las dimensiones de nuestra experiencia: a la economía, a la ecología, a la política, a las relaciones, a la religión… CUANTICA


Enrique Martínez Lozano

jueves, 9 de junio de 2016

LA FE


Y seguimos con las puertas. Han llegado a nosotros desde Marruecos y queremos que las veáis porque su belleza es enorme.

Esta puerta, quizá por su color nos hace pensar en la fe. Tiene un rojo intenso que parece quemar, como la fe, que nos quema por dentro porque nos exige una vida más austera. Pero en el fondo se ve el verde de la esperanza.

Pero vivir como Jesús lo hizo, supone ascender por las escaleras del amor, la donación, la alegría… Y a veces no es fácil.

Por eso los discípulos le pidieron a Jesús: «Enséñanos a orar». porque nos damos cuenta que ya no nos basta con la fe que teníamos de pequeños. Necesitamos algo mas robusto y que nos de más fuerza.

Por eso hemos de pedir también a Dios que nos aumente la fe y nos haga ver claro que tener fe no es creer en algo sino creer en Jesús y dejarnos guiar por el Espíritu. Ojala tengamos una fe centrada en lo esencial y unida a su proyecto del reino de Dios, para hacer la vida más humana, como quiere el Padre.
Señor auméntanos la fe.

Un abrazo


Huellas

miércoles, 8 de junio de 2016

LOS FRUTOS DE LA ATENCIÓN


Mónica Cavallé

“Compare usted la conciencia y su contenido con una nube. Usted está dentro de la nube, mientras que yo la miro. Está usted perdido en ella, casi incapaz de ver la punta de sus dedos, mientras que yo veo la nube y otras muchas nubes y también el cielo azul, el sol, la luna y las estrellas. La realidad es una para nosotros dos, pero para usted es una prisión y para mí un hogar”. (Nisargadatta).

Describiremos algunos frutos de esta atestiguación:

La impersonalidad. Para nosotros, occidentales, la palabra “impersonalidad” suele tener evocaciones negativas.
Puesto que hemos concedido un valor absoluto a nuestra personalidad, asociamos la palabra “impersonal” a la anulación de lo que más estimamos: nuestra persona, nuestra individualidad. Efectivamente, la palabra “impersonalidad” tiene una acepción negativa: denominamos así a aquello que diluye la persona, que “despersonaliza”. Pero esta palabra puede tener otra acepción, la que ha tenido para la sabiduría; en este segundo sentido no es sinónimo de “infra-personal” sino todo lo contrario, de “trans-personal”; no alude a aquello que niega o diluye la persona, sino a lo que la supera –sin negarla- porque es más originario que ella. La sabiduría nos dice que lo impersonal es el sustrato y la realidad íntima de lo personal; que no lo excluye, sino que lo sostiene; que, por eso, para ser plenamente personales tenemos que ser plenamente impersonales.
[…] Es dejar de otorgar un valor absoluto a lo que llamamos “mi cuerpo, mis pensamientos, mis emociones, mis acciones, mi vida, mi persona…”; comprender lo ridícula y miope que es nuestra tendencia a hacer que el mundo orbite en torno a nuestro limitado argumento vital –el definido por nuestro yo superficial-. Equivale a cesar de dramatizar nuestras experiencias, de ver el mundo como el mero telón de fondo de dicho drama, y a las demás personas como los actores secundarios del mismo. Es sentir que las alegrías y los dolores de los demás son tan nuestros como nuestros dolores y alegrías, que el cuerpo cósmico es tan nuestro como nuestro propio cuerpo; desistir de ser los protagonistas de nuestra particular “novela” vital, para convertirnos en los espectadores maravillados, apasionados y desapegados a la vez, del drama de la vida cósmica, del único drama, de la única Vida.
El Testigo nos sitúa directamente en el foco central de nuestra identidad. Ahí somos presencia lúcida, atenta, consciente, que es una con todo lo que es. Esta Presencia lúcida que constituye nuestra Identidad central es la misma en todo ser humano. Es nuestra Identidad real, pues es lo permanente y auto-idéntico, mientras que nuestro cuerpo-mente no hace más que cambiar. Esa Identidad central nada tiene que ver con la pseudoidentidad que depende de algo tan frágil y fraudulento como la memoria.

El amor incondicional. Saber que la aceptación incondicional es nuestra verdadera naturaleza es sabernos un abrazo dado a todo lo que es. La naturaleza del Testigo es el Amor. El yo superficial, intrínsecamente divisor y separativo, no puede amar, aunque así lo crea.

La libertad interior. Si soy mi sufrimiento, este me poseerá y me abrumará. Si soy mi ansiedad me sentiré totalmente perdido cuando me sienta ansioso. Al confundirme con mis sentimientos, positivos o negativos, me moveré con ellos y viviré en una montaña rusa emocional, me será imposible alcanzar la paz y la estabilidad. Por el contrario, si no me identifico con lo que experimento, ni tampoco lo resisto, advertiré que el sufrimiento no es la naturaleza interna de ninguna experiencia, sino el resultado de mi deseo de retenerla o de negarla. Descubriré que, en mi más íntima verdad, soy libre.

La transformación. El Testigo no busca ni pretende nada, ni siquiera busca directamente el cambio y la mejora; por eso puede descansar totalmente en el presente. El yo superficial, por el contrario, experimenta constantemente el contraste entre “lo que cree ser” y “lo que cree que debería llegar a ser”; se considera básicamente incompleto, y por eso solo se siente ser a través de la tensión, la lucha y la búsqueda constante de logros y resultados futuros.
No hay nada que pueda parecer más contrario a nuestro sentido común y a nuestras creencias más arraigadas que la idea de que, en ocasiones, el empeño de ser mejores puede ser contraproducente. Pero la experiencia del Testigo nos proporciona una profunda revelación: cuando aceptamos “lo que hay”, “lo que es”, es decir, cuando otorgamos a todo una atención incondicional, también a lo que solemos calificar de negativo, experimentamos las más revolucionarias transformaciones. […]
La aceptación –entendida no como resignación, sino como la acción del Testigo- es la fuente por excelencia de la transformación, del crecimiento y del cambio profundos. Paradójicamente, cambiamos de forma más radical cuando no nos centramos obsesivamente en el cambio, ni determinamos de antemano cuál será su curso. […].

La comprensión. La aceptación es la fuente de la transformación, y también de la comprensión. Como ya explicamos […], esta comprensión no ha de confundirse con la pseudocomprensión meramente intelectual. A diferencia de esta última, la comprensión de la que hablamos acontece cuando nos relajamos con relación a algo (y ni siquiera pretendemos entenderlo); es una consecuencia directa de la aceptación y de la transformación que esta conlleva.
Para aceptar no es preciso entender. El Testigo acepta lo que hay, la experiencia presente. Esta experiencia presente puede ser de ignorancia o de confusión. Ahora bien, paradójicamente, esta aceptación de todo –también de la propia ignorancia y confusión- propicia una actitud de lucidez desimplicada y objetiva, favorecedora de la comprensión. La aceptación nos hace más penetrantes; permite que aflore la visión.




(Mónica CAVALLÉ, La sabiduría recobrada. Filosofía como terapia, Oberon, Barcelona 2002, pp.213-217; editada posteriormente en Kairós, Barcelona 2011).