jueves, 9 de febrero de 2012

¿SOMOS JÓVENES ESPIRITUALMENTE?





Hay un texto del evangelio donde se nos dice que nadie mete vino nuevo en odres viejos. Nosotros ya vamos siendo viejos y nos preguntamos si somos odres viejos y queriendo transmitir a la sociedad nuestras ideas desfasadas estaremos ayudando en la evangelización o más bien estaremos haciendo que la gente se vaya porque no entienden nuestro desfase.

Hoy los buenos empresarios saben bien que no se gana nada ahorrando de cualquier manera. A veces, el ahorro en una empresa trae pérdidas y lo que puede señalar es una incapacidad para aceptar el progreso y las novedades.

Pero ¿qué hacemos los cristianos en la Iglesia? Quizá muchos de nosotros sigamos creyendo en una Biblia infantil como algo histórico, cuando debemos entender que la Biblia lo que transmite es un mensaje de amor con formas de aquellos momentos. Pero ¿cómo nos vamos a creer que en un arca iban a meter dos miembros de cada tipo de animales y que iban a caber los dinosaurios, elefantes…. y los que había en el fondo del mar? Pues hablamos con cristianos que todavía se creen estas cosas, creen en el arca de Noé en vez de ver la acción de Dios de querer cuidar al hombre para que no perezca, contado de una forma más o menos poética.

Leímos hace días una frase que es la que nos ha llevado a hacer este artículo: El infantilismo prolongado en la vida adulta es una grave minusvalía para la vida espiritual: la vida en Cristo es un crecimiento continuo, que conlleva muchos cambios.

El joven que tiene por delante toda la vida, es más flexible, más capaz de adaptarse a nuevas formas de pensar. Por eso, los nuevos movimientos buscan gente joven. Se lanzan al vacío sin miedo porque confían en la mano de Dios.

Por eso Dios, como sus obras son siempre nuevas, nos pide un corazón eternamente joven. Debemos despertarnos por la mañana como los jóvenes que siempre creen que va a pasar algo bello en su vida. Quien cree en el Espíritu Santo permanece espiritualmente joven y siempre está dispuesto a aprender cosas nuevas. No teme al futuro, porque Dios está con él.

Huellas

2 comentarios:

  1. Percibo a la iglesia anclada en el pasado, mirando al pasado, en unas sotanas y en unos ropajes que alejan más que las vestimentas de los punks

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  2. Me ha gustado la reflexión de huellas. Ese levantarse cada mañana esperando algo grande. Esa flexibilidad ante las cosas. Y ese vínculo con la juventud. Con los años nos hacemos más rancios, las arterias más duras, la vista más corta....y lo peor no es esto, al fin y al cabo es el deterioro natural de la materia. Lo malo es cuando creemos que encima tenemos razón y la queremos imponer. Incluso, a veces acudimos al argumento de autoridad, a la experiencia...Cuando eso lo que nos tenía que dar es más flexibilidad. Ayer leís de un premio nobel: cuanto más estudio más me doy cuento de que se menos. ¿Cuando aceptaremos que puede haber otros puntos de vista distintos y tan buenos como los nuestros?

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