sábado, 4 de febrero de 2012

VOLVIERON POR OTRO CAMINO




En el Muro de los Lamentos, en la explanada del Templo 

Cuando los Reyes Magos llegaron a Jerusalén, la estrella que les guiaba desapareció. Siempre me he preguntado el porqué de este hecho, ¿Por qué, precisamente en Jerusalén, la ciudad Santa, donde está el templo de Dios, la estrella que guía a Los Magos se esconde?

Será, quizás, que ya no eran necesarios hechos extraordinarios, como la aparición de una estrella, para llegar hasta el Niño Jesús? En Jerusalén están todas las personas que conocen y esperan la llegada del Salvador, del Rey de los judíos y ellos pueden guiar sus pasos para ir a adorarlo. No hacen falta ya medios especiales que indiquen dónde está el recién nacido Rey de los judíos.

O será, quizás, que cuando aparecen la soberbia, la indeferencia religiosa, las ansias de poder, en definitiva, cuando se ponen por delante las pasiones, las necesidades, los caprichos personales desaparecen los signos, las señales que nos guían por el camino que conduce hasta Jesús.

Cuando Los Magos dejaron atrás Jerusalén con todo su poder y esplendor mundano la estrella que les guiaba apareció de nuevo en el cielo.


El caminante

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