jueves, 30 de abril de 2015

LA FE



Estos días de atrás hemos visto como Tomás dudaba de la Resurrección de Jesús porque no lo había visto con sus propios ojos. Y Jesús dice: “Dichosos los que creen sin ver”.
Nosotros decimos creer aunque después, en nuestra vida, se nos nota poco.  Porque no hemos visto a Jesús con nuestros ojos, así que no sabemos si somos auténticos creyentes. ¿Cómo hizo Tomás para creer?
Cuando Jesús le dice: "No seas incrédulo, sino creyente", él renuncia a verificar nada. Lo que nota es que allí a su lado está Jesús que lo ama.
No hemos de asustarnos si en nosotros brotan dudas,  porque lo que nos están diciendo estas dudas es que nuestra fe no es superficial, que no nos limitamos a repetir lo que otros dicen sino que nos hacemos preguntas.
La mejor manera de crecer en la fe es sentirnos queridos por otros, porque en ellos está Jesús. Y esto hay que trabajarlo. Por eso la fe y la caridad están tan unidas. Pero claro para ello necesitamos esperanza.
Os deseamos a todos y a nosotros mismos que nunca nos falte la esperanza, el amor y por consiguiente la fe.

Un abrazo

Huellas

miércoles, 29 de abril de 2015

EXCURSIÓN POR PORTUGAL


RUTA DE MONASTERIOS  MARIANOS DE PORTUGAL Y CONVIVENCIA CON EQUIPOS PORTUGUESES

Los días  23 al 26  de abril,  como ya es costumbre,  y organizado por P. Pablo y Mª Angeles  una representación de los Sectores de la Región Noroeste  emprendimos  viaje a Portugal-Centro. Según lo programado, iniciamos  el viaje en Palencia, recogiendo equipistas  en Salamanca, ya todos juntos 42 personas,  continuamos  hacia la frontera portuguesa,  rezando laudes como cada día. Esto y las ganas de agradar de los viajeros crearon una admósfera  fraternal que nos acompañó todo el viaje y que nos llevamos  a nuestras casas como recuerdo de la vivencia y cercanía entre nosotros. Nuestra Patrona,  nos acompañaba desde el inicio del viaje y eso se notaba.

En Fátima, participamos todos juntos  en el rosario, procesión de antorchas, y adoración al Santísimo, poniendo a los pies de nuestra Madre nuestras inquietudes, problemas, deseos  y las de tantos matrimonios ENS de la Región y del mundo. A nivel particular algunos antes de iniciar el viaje cada día,  o después de cenar tenían un rato de oración ante la imagen de la Virgen.  No todo fue rezar, también visitamos los grandes Monasterios Marianos de Batalha y Alcobaça, la ciudad de Nazaré, la fortaleza de Tomar   y otros lugares  y pueblos típicos de la zona.


La convivencia-  acogida fraterna de los  matrimonios portugueses del Sector  de Caldas da Rahinha resultó extraordinaria,  hicimos oración juntos, reuniones
mixtas y  las pequeñas dificultades del idioma eran superadas con la buena voluntad, y el querer poner  nuestros dones al servicio de los demás. La Virgen de Fátima y el P. Caffarel hicieron el resto. Finalizamos la velada  con canciones  típicas portuguesas y españolas, y degustando una rica variedad de dulces y licores  típicos con los que nos obsequiaron nuestros anfitriones, en un ambiente de amistad y ganas de agradar que nos gustaría tuviera continuidad en la invitación que le hicimos para que visitaran nuestra región Noroeste, a lo que respondieron que intentarían devolvernos la visita.


A destacar la labor del P.  Joaquím, Consiliario de Equipo, que nos acompañó esos días, celebro para nosotros la Eucaristía el Domingo en la capilla del hotel y nos contagió con su alegría, entusiasmo  y ganas de estar siempre disponible para quien lo necesite, insistiendo que tenemos que ser  Matrimonios ENS alegres y acogedores en una Iglesia alegre  acogedora y misericordiosa.

Resumiendo, muy buena convivencia entre equipistas de nuestra  Región y excelente acogida por parte de nuestros hermanos portugueses.
Saludos fraternales


Juan y Angelines.

martes, 28 de abril de 2015

CONTRA EL TIEMPO




Siente los colores…
respira la música.


Da un paseo entre palabras…
sueña con poesía.


Regala luz a donde vayas…
enamora con una sonrisa…
atrapa con solo una mirada.



Jose

lunes, 27 de abril de 2015

TE QUIERO



Me ha gustado mucho este poema y quiero compartirlo. Me acerca a Dios. Me trae la presencia de los demás. Me recuerda la belleza de la creación. Me está diciendo: es tiempo de pascua, es el momento de la alegría. Porque Dios nos ama. Y eso me basta.


Te quiero

He escrito que “te quiero”

Encima de los muros de la luna.

He grabado que “te quiero”
en el primer albor de la mañana.
Lo he grabado en los límites del cielo,
amor, y en el destino:
Que te quiero muchísimo.
Lo he grabado en cada gota de rocío
y en las conchas del mar.
¿Amor, tu no lo viste
Grabado en los luceros,
los ramos y las piedras?
He escrito mis palabras,
que “te quiero”,
en las hojas calientes del cuaderno del sol,
¡Ojalá las hayas leído!
Nizar Qabbani

Que seamos capaces de darnos cuenta que Jesús está en nosotros y nos hace bien. No nos guardemos la alegría. Jesús ha resucitado.


XOLMICARIO

domingo, 26 de abril de 2015

JESÚS, COMO UNA MADRE



IV Domingo de Pascua
Evangelio de Juan 10, 11-18

         En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
         — Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que al asalariado no le importan las ovejas.
         Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
         Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
         Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he recibido del Padre.

En este cuarto domingo de cuaresma, el evangelio de Juan nos presenta a Jesús como buen pastor, que da la vida por sus ovejas.

Pero como hoy ya no vemos ovejas ni conocemos pastores, ¿con qué imagen podríamos identificar a Jesús?

Se me ocurre con la imagen de la madre. Porque una madre se entrega a sus hijos –que somos todos-, a todos quiere con igual intensidad –como se quieren por igual los dedos de una mano-, a nadie excluye, a todos acoge, y por todos está dispuesta a dar la vida.

Así es Jesús. Como una madre. Que está a gusto cuando sus hijos lo están, que está siempre disponible, que siempre está ahí –a veces en silencio,  a veces hablando- según convenga a los hijos. La madre siempre está pendiente y vigilante, siempre tiene tiempo, siempre procura una sonrisa, siempre está amando.

Así es Jesús. Como una madre. Así nos lo presenta el evangelio. A nadie echa, a todos ofrece su cariño, más aún ama a todos sin esperar correspondencia. Se ocupa de todos sin que nadie lo pida. Está atenta a todos, porque todos son sus hijos.


Es verdad. Así es Jesús. Como una madre.  

sábado, 25 de abril de 2015

SOLEDAD Y COMPAÑÍA



Cuando supe que estabas sola en la soledad de aquella barca y que te encontrabas serenamente satisfecha, descubrí, al fin, que estabas preparada para vivir en compañía. 


viernes, 24 de abril de 2015

ACEPTACIÓN





El «sí a lo que es» revela una dimensión de profundidad en ti que no depende ni de las condiciones externas ni de la condición interna de los pensamientos y emociones en constante fluctuación.

La rendición se vuelve mucho más fácil cuando te das cuenta de la naturaleza efímera de todas las experiencias, y de que el mundo no puede darte nada de valor duradero. 

Entonces sigues conociendo gente, sigues teniendo experiencias y participando en actividades, pero sin los deseos y miedos del ego. Es decir, ya no exiges que una situación, persona, lugar o suceso te satisfaga o te haga feliz. Dejas ser a su naturaleza pasajera e imperfecta.

Y el milagro es que, cuando dejas de exigirle lo imposible, cada situación, persona, lugar o suceso se vuelve no solo satisfactorio, sino también más armonioso, más pacífico.

Cuando aceptas este momento completamente, cuando ya no discutes con lo que es, el pensamiento compulsivo mengua y es remplazado por una quietud alerta.

Eres plenamente consciente, y sin embargo la mente no pone ninguna etiqueta a este momento. Este estado de no-resistencia interna te abre a la conciencia incondicionada, que es infinitamente mayor que la mente humana.

Entonces esta vasta inteligencia puede expresarse a través de ti y ayudarte, tanto desde dentro como desde fuera. Por eso, cuando abandonas la resistencia interna, a menudo descubres que las circunstancias cambian para mejor.

¿Estoy diciendo: «Disfruta este momento, sé feliz»? No. Permite que se exprese este momento tal como es. Eso es suficiente.

Rendirse es rendirse a este momento, no a una historia a través de la cual interpretas este momento y después tratas de resignarte a él.

Por ejemplo, puede que estés tullido y que ya no puedas caminar. Tu estado es lo que es.

Tal vez tu mente esté creando una historia que diga: «A esto se ha reducido mi vida. He acabado en una silla de ruedas. La vida me ha tratado con dureza, injustamente. No me merezco esto».

¿Puedes aceptar que este momento es como es y no confundirlo con la historia que la mente ha creado a su alrededor?

La rendición llega cuando dejas de preguntar: «¿Por qué me está pasando esto a mí?». Incluso en las situaciones aparentemente más inaceptables y dolorosas se esconde un bien mayor, y cada desastre lleva en su seno la semilla de la gracia.

A lo largo de la historia, siempre ha habido mujeres y hombres que, cuando tuvieron que hacer frente a grandes pérdidas, enfermedades, prisión o muerte inminente, aceptaron lo aparentemente inaceptable, y así hallaron «la paz que supera toda comprensión».

La aceptación de lo inaceptable es la mayor fuente de gracia en este mundo. Hay situaciones en las que todas las respuestas y explicaciones fracasan. La vida deja de tener sentido. O alguien que está pasando un apuro viene a pedirte ayuda, y tú no sabes qué decir ni qué hacer. 

Cuando aceptas plenamente que no sabes, renuncias a esforzarte por encontrar respuestas con la mente pensante y limitada, y es entonces cuando una inteligencia mayor puede operar a través de ti. En ese instante, hasta el pensamiento puede beneficiarse, porque la inteligencia mayor puede fluir a él e inspirarlo.

A veces, rendición significa renunciar a tratar de comprender y sentirse cómodo en el desconocimiento.

Cuando te rindes, tu sentido del yo pasa de estar identificado con una reacción o juicio mental a ser el espacio que rodea a la reacción o al juicio. Es pasar de identificarte con la forma —el pensamiento o emoción— a ser y reconocerte como aquello que no tiene forma, la conciencia espaciosa.

Lo que aceptes completamente te hará sentirte en paz, incluyendo la aceptación de que no puedes aceptar, de que te estás resistiendo. Deja la Vida en paz. Déjala ser.

Eckhart Tolle

jueves, 23 de abril de 2015

LOS SÍMBOLOS


Hace tiempo teníamos en casa una imagen de la Virgen que todos  veíamos como un poco milagrosa, porque cuando algo no iba bien la rezábamos y parecía que las cosas se iban arreglando. Somos de vez en cuando un poco milagreros.
Pero un día se cayó al suelo y se hizo mil trozos. La dejamos a un lado pensando en buscar una bolsa pare llevarla a la basura. Y así quedó unos días.
Al día siguiente comenzamos a juntar esas piezas como si fuera un rompecabezas y quedó muy bonita, aunque evidentemente se notaban los lugares por donde había sido pegada.
De pronto al mirarla es como si esa imagen quisiera decirnos algo.
Esa imagen era un símbolo en la familia y al romperse nos quería decir que hay que trascender la imagen para llegar al interior. El símbolo en sí no nos debe dejar enganchados. Lo importante es saber que cuando lo necesitamos acudimos a lo sagrado, o sea nos recuerda nuestra fe. Es algo mucho más profundo que una imagen de escayola.
Por eso pensamos que hemos de mirar los símbolos pero adentrándonos en lo que quieren decir, sin quedarnos en lo superficial.


Un abrazo
Huellas


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miércoles, 22 de abril de 2015

NEGARSE A NO CREER



Andamos necesitados de buenas noticias. En un mundo como el nuestro, donde estremece el grado de locura al que se está llegando. 147 estudiantes asesinados de manera brutal. Un piloto que se suicida llevándose con él a todo el pasaje. Ecos mediáticos diferentes, que publicitan mucho unas muertes y pasan de puntillas por otras. Desahucios anónimos. Violencias en el hogar. Tanto dolor...

Por eso hoy, más que nunca, se nos vuelve urgente recuperar la capacidad de buscar las semillas de algo bueno. Queremos creer que el amor tiene la victoria final. Y que la Vida se impondrá. Necesitamos poner la mirada en los signos que apuntan motivos para la esperanza, incombustible, eterna, definitiva. Porque, aunque no llenarán titulares, hay también motivos para la fe y la confianza en el ser humano, en Dios que alienta en nuestro interior, y en una historia que ojalá nos conduzca hacia cotas mucho mayores de humanidad y ternura aquí, y a la plenitud allá (donde quiera que sea ese Allá).

A cada dosis de odio tenemos que responder con un corazón humano.  A cada palabra hiriente, con una declaración de perdón. A cada golpe, con la negación a entrar en la espiral de la violencia. A cada salvajada, con un acto de fe en las personas.  A cada frase de escepticismo ante el ser humano y Dios, con el riesgo de creer.

Y al creer, quizás, veremos.

José María R. Olaizola sj

martes, 21 de abril de 2015

¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?

Jugando en la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso.


Estoy aterrado por los fallos de educación en tantos hogares cristianos, por los dramas, los naufragios de los que soy testigo o confidente. ¡Lejos de mi pretender que estos fracasos son todos imputables a los padres! Experimento una profunda compasión por los que, sin haber fallado en su tarea educativa, son probados cruelmente en sus hijos. Pero en muchos casos encuentro que es muy fácil e injusto, echar todas las culpas a la “nueva ola”. Y el tono de amargura agresiva con el que tantos padres acusan a sus hijos me parece revelar esa necesidad de acallar en ellos una voz interior que amenaza su seguridad.

Os ruego jóvenes matrimonios que me leéis, que no penséis demasiado rápido: En que no hay riesgo en que nuestro chico nos anuncie un día sus esponsales con una joven desconocida de nosotros con un telegrama enviado desde los deportes de invierno, como el hijo de los X...; educado en la rectitud y la honradez, no hay riesgo en que se embarque en un grupo de estudiantes de instituto ladrones ni que quede embarazada a una joven de quince años y la acompañe al extranjero para eliminar las consecuencias…; que nuestra hija se deje arrastrar sin saberlo nosotros por una banda y no escape por poco a las redes de proxenetas…; que nuestro hijo se eche a perder por un pobre tipo introducido en nuestra casa sin discernimiento suficiente…; que nuestra hija estudiante se inscriba en el P. C. arrastrada más bien por su rebelión contra la familia que por convicciones…

Todos estos casos de los que he tenido conocimiento en estos últimos meses, conciernen a hogares como los vuestros, quiero decir creyentes, practicantes, preocupados por el progreso espiritual, el apostolado. Por tanto no puedo por menos que preguntarme si esos padres habían comprendido que estaban casados PRIMERO para tener hijos y hacerlos hijos de Dios, que sus hijos eran su PRIMER prójimo, que asegurar su educación era su PRIMERA responsabilidad, que la educación es ante todo asunto de amor.

Y si habían comprendido que era necesario amar a sus hijos ¿no han reflexionado ante las exigencias del amor? ¿Han tratado de descubrir y de comprender la personalidad única de cada uno de sus hijos y no de una vez para siempre sino cotidianamente, pues todo viviente es nuevo cada día? Y para ayudar al crecimiento de esta personalidad ¿han sabido juntar el coraje de mandar, defender, castigar, en este difícil arte de favorecer la eclosión y el desarrollo de una libertad? ¿Han estado presentes ante sus hijos, hablo de esta presencia espiritual que, preservando de la angustiosa soledad, ofrece seguridad? ¿Han velado por cuidar el diálogo, no solo de las palabras, sino de las inteligencias y los corazones? ¿Han estado disponibles a la hora en que un joven ahogado buscaba una rama donde agarrarse? Todo esto exige tiempo, imaginación, inteligencia, energía, corazón, un espíritu de humildad, de abnegación. Es necesario el amor, un amor auténtico; pues el amor de los padres por sus hijos no es a menudo, aunque ellos piensen otra cosa, nada más que un afecto visceral, sentimental, mezclado con el amor egoísta. Y no es suficiente con que este afecto se duplique en dedicación, consienta en sacrificios, recurra a la oración para hacerse, en la apertura mutua y la confianza recíproca, esta intimidad de persona a persona en que consiste el amor verdadero.

Jóvenes matrimonios, estad vigilantes, descubrir las coartadas, no cedáis a la tentación de atribuir a nobles sentimientos vuestras negligencias, vuestros abandonos en materia de educación: las responsabilidades profesionales y sociales, por importantes que sean, las exigencias del apostolado, no justifican NUNCA la dimisión de un padre o de una madre.

Que sea difícil amar verdaderamente, que sea difícil vuestra tarea de educadores, lo reconozco; que el mal ronda alrededor de vuestros hijos “buscando lo que pueda devorar” lo sé de sobra. Pero entonces ¿por qué no apresurarse a estar cerca de Dios y perseverar en ello? Hay gracias que no se obtienen, demonios que no se ahuyentan, nos dice Cristo, nada más que por la oración y la penitencia. “No hay redención sin efusión de sangre” escribía San Pablo. Pues precisamente la educación cristiana en una redención.

Que la ayuda mutua, esta ley fundamental de vuestro equipo, actúe plenamente en este dominio de la educación. Si bien es verdad que no tenéis que poner de forma inconsiderada sobre el tapete los problemas de vuestros hijos mayores, aun queda un gran margen para esta ayuda mutua.


HENRI CAFFAREL

lunes, 20 de abril de 2015

RESURRECCIÓN


Leíamos esta semana en pastoral sj:

Es la vida, poderosa, imbatible. Es recordarnos que la última palabra no la tiene la muerte, sino el amor. La Pascua es el tiempo de las apariciones, de la búsqueda con nuevos bríos. Jesús anda, en espíritu y en verdad, por nuestro mundo. No siempre le veremos. No siempre lo sentiremos. Pero está, proclamando la verdad última del Dios de la historia, de la creación entera y del cosmos. Dios quiere la vida. No la muerte ni las mil pequeñas muertes cotidianas infligidas por el pecado. Quiere la pasión auténtica del ser humano, esa que se hornea en risas y abrazos, en gestos de intimidad, en encuentros alrededor de una mesa, en huellas eternas.

Y añadimos:

Si buscamos escusas para caer derrotados, las vamos a encontrar. Si nos anclamos en pensamientos negativos, cada día veremos sombras más negras. Si solo nos fijamos en la corrupción que campea nos volveremos rabiosos y odiosos. Si echamos la culpa a los demás, salimos de la realidad. Pero es posible vivir la vida de otra manera. Sonriendo, aportando lo que somos para hacer nuestro entorno más cálido, más amable, más servicial. Estamos en pascua. Es el tiempo de la alegría. Jesús nos sonríe. Dios nos ama. Vamos a hacer nosotros lo mismo. Vamos a ver lo mucho positivo que hay en el mundo. Vamos a llevar la cara bonita, el gesto amable, a tender la mano, a hablar en positivo. ¿Os animáis? Os lo proponemos como regla de vida.

H y MN

domingo, 19 de abril de 2015

ALEGRÍA FRENTE A SUFRIMENTO

Si no vas atento, pasa desapercibido y no lo notas, como el rocío.

III Domingo de Pascua
Evangelio de Lucas 24, 35-48

         En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había acontecido en el camino y cómo reconocieron a Jesús en el partir el pan.
Mientras hablaban, se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo:
— Paz a vosotros.
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
— ¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
— ¿Tenéis ahí algo que comer?
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
— Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí, tenía que cumplirse.
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
— Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día, y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.

El evangelio de este tercer domingo de pascua es muy semejante el del domingo pasado. Los discípulos siguen desconcertados, no entienden por qué Jesús tuvo que morir crucificado y entienden menos aun qué es la resurrección. Están sumidos en el desconcierto y el miedo. No entienden nada.

Pero frente a esa desazón, miedo, temor, dudas surge la sorpresa: Jesús está, porque ha resucitado y todo tiene sentido. Tiene sentido la muerte en la cruz como máxima expresión de amor al hombre. Por eso se dice que les dio el entendimiento para comprender las escrituras. Y tiene sentido la resurrección porque, después de la cruz, no hay muerte: hay vida. Por eso les dice que hay que predicar la conversión y el perdón de los pecados.

La resurrección es aceptar que Jesús está vivo, que está en nosotros, que quiere nuestro bien, que quiere que todos seamos felices. Dios nos ha dotado de una fuerza interior para hacer posible eso. Y esto se nota, se siente, está en nuestro interior. Para darse cuenta es necesario el silencio y la meditación.

Tras la cruz hemos superado el sufrimiento y estamos en el gozo, en la alegría, en el amor. Y esto es posible ya. Es el anuncio de Jesús resucitado. Con El se ha superado la norma por el amor, se ha vencido el sufrimiento por la alegría. Esto es posible en cada persona.

Señor Jesús me estás mirando
Quieres que te sienta
Quieres caminar a mi lado
Quieres dejarte tocar
Así me lo dices en el evangelio
Me lo manifiestas en la naturaleza
Me lo concretas en cada persona
¿Qué me pasas?
¿Por qué no te noto tan evidente?
¿Es que eres escurridizo?
¿Seré yo, acaso, que no quiero notarte?
Quiero pararme,
Sentirte dentro,
Notarte en mí
Porque, digo, que creo en Ti
Quiero que sea cierto, de verdad.
Me detengo
Quedo en silencio
Atento a la escucha.
Señor Jesús.

viernes, 17 de abril de 2015

HONRA EL MOMENTO EN EL QUE ESTAS

Comiendo en la ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso


No tuviste otra opción. Y tampoco ellos.
Perdón instantáneo, cuando estés listo.
Debido a todo aquello por lo que estabas pasando, cómo te sentías en ese momento, los pensamientos que pasaban por tu mente, lo que creías en ese momento, los lentes a través de los cuales veías el mundo, el miedo y el dolor que estabas tratando de resolver; debido a las heridas que no habían sanado aún, las visiones que aún no te llegaban, la información que te hacía falta en ese momento, los horizontes que aún no se aclaraban… no tuviste otra opción que actuar como actuaste, decir lo que dijiste, hacer lo que hiciste, elegir lo que elegiste, y ellos tampoco. Todos hicieron lo mejor que pudieron, de acuerdo a lo que pensaban que eran en ese momento. Es sólo en retrospectiva que pareció que había otra elección, y eso es lo que nos vuelve locos.

No se trata de aprobar lo que pasó, por supuesto, o encontrar excusas, ni tampoco debe ser utilizado para justificar cualquier tipo de violencia que haya surgido. Esta reflexión está dedicada únicamente al verdadero perdón, en el aquí y el ahora, a la posibilidad de dejar ir y seguir adelante, de salir de la limitada y dolorosa creencia de que el pasado pudo haber sido diferente, y re-dirigirnos al sitio en donde el verdadero cambio y la reconciliación puede darse, en tu sitio de verdadero poder: el momento presente, inmediato, vivo y completo en sí mismo, independientemente de lo que haya sucedido en el pasado.
Y si no puedes perdonar en este momento, si no eres capaz de escuchar este mensaje ahora, si tu alineación parece imposible, también estás perdonado. Honra el sitio en donde te encuentras, amigo. Honra el sitio en donde te encuentras. Estás haciendo lo mejor que puedes.


Jeff Foster

jueves, 16 de abril de 2015

CAMBIOS EN LA IGLESIA


Este último año se han producido cambios importantes en la Iglesia. El papa Francisco ha comprendido la importancia de la cercanía a los marginados, a los pobres, la importancia de la familia y hasta ha convocado un Sínodo sobre este tema, donde también están laicos y matrimonios dando su opinión.
Es importante que la Iglesia sea consciente de sus errores, de hecho es el primer paso para salir de este agotamiento. Pero no es la única cosa que hay que hacer.
La segunda y tercera recomendación es recuperar la palabra de Dios y los sacramentos como una ayuda y no como un castigo. “¿Llevamos los sacramentos a los hombres que necesitan una nueva fuerza?”
De momento vemos fuertes resistencias a los cambios. ¿Por qué no se permite la comunión a homosexuales en pareja, o a divorciados y vueltos a casar? Porque no son como la Iglesia quiere. Pero todos somos distintos y maravillosos. Aceptemos la forma como Dios nos hizo o como el amor nos guía.
Cuánto buscó Jesús a los alejados  y a los apestados de su época, y no precisamente para condenarlos sino para darles un chorro de amor que transformaba a cuántos tenían la mínima predisposición de abrirse a Él; y sus palabras más duras las reservó para los soberbios sepulcros blanqueados, grandes profesionales de la historia de la salvación.
Tenemos que dejarle a Dios que actúe a través de nuestras manos, de nuestra sonrisa, de nuestra cercanía a todos, iguales o distintos a nosotros...
Tenemos que recuperar el espíritu de las bienaventuranzas y hacernos creíbles por nuestras obras porque son las únicas que dan valor a nuestros ritos. Si no es así nos convertimos en motivo de escándalo para los que buscan a Dios y ya sabemos la frase de ¡Ay de los que escandalizan a los pequeños….. ¡ Todos somos tan pequeños….

Un abrazo
Huellas


miércoles, 15 de abril de 2015

CONSTRUIR O PLANTAR

Pequeños capilotes en la marcha de Fontún a Gete


Un texto anónimo de la tradición dice que cada persona, en su existencia, puede tener dos actitudes: construir o plantar.

Los constructores pueden demorar años en sus tareas, pero un día terminan aquello que estaban haciendo. Entonces se paran, y quedan limitados por sus propias paredes. La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.

Pero existen los que plantan. Estos a veces sufren con las tempestades, las estaciones y raramente descansan. Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer. Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero, también permite que, para él, la vida sea una gran aventura.


¿QUIERES SER CONSTRUCTOR O AGRICULTOR?
CADA UNO ELIGE LA POSICIÓN EN LA QUE SE COLOCA


M G

martes, 14 de abril de 2015

DA MÁS PENA CUANDO MUCHO SOBRA QUE CUANDO NOS FALTA




Mirad, Hermanas, que va mucho en esto, una vez muerta yo. Que para esto os lo dejo escrito: que, mientras yo viva, os lo recordaré, ya que, por experiencia, veo la gran ganancia que, a mi parecer, me da más pena cuando mucho sobra que cuando nos falta. No sé si lo hace, como ya tengo visto, porque nos lo da luego el Señor. Otra cosa sería engañar al mundo: hacernos pobres no lo siendo de verdad y de espíritu, sino en lo exterior. Se me haría cargo de conciencia, a manera de decir, y me parecería que era pedir limosna las que somos ricas. Y plega a Dios que no se así: que adonde hay estos cuidados excesivos de que nos den, una vez u otra se irán por la costumbre y podría ir y pedir lo que no necesitan y por ventura lo pedirán a quien tiene más necesidad. Y, aunque ellos no pueden perder nada sino ganar, nosotras perderíamos. No plegue a Dios, mis hijas. Cuando esto hubiere de ser, más quisiera que tuvierais renta. Camino de Perfección,  Capítulo 2, Número 3. Santa Teresa de Jesús.

José Luis y Sofía

lunes, 13 de abril de 2015

TODO ES VIDA


Ayer, la marcha de Fontún a Gete, resultó completa. Buena mañana presagiaba que todo ello iba a resultar benigno. La asistencia, la nutrida presencia infantil, la buena disposición de los caminantes, la organización, los paisajes, el tiempo de marcha, la comida y el compartir tan estrecho en la sobremesa y la eucaristía en el ermita de Nuestra Señora del Buen Suceso, esa imagen de la Virgen que no quería ir a ningún pueblo limítrofe porque quería asentarse allí, en ese lugar concreto y esa es la razón popular –según nos explicaron- de que construyeran allí la ermita. ¡Qué bien estuvimos! Todo resultó estupendo. Si quisiéramos ponerle un pero no es otro que el tiempo corrió tan deprisa que casi sin darnos cuanta llegamos a las despedidas. 


Pero, cuidado, la marcha hubo que hacerla, las cuestas tuvimos que subirlas, la brisa acarició nuestra cara y la curtió, el cansancio apareció, porque los picos hay que subirnos y ¡bajarlos! Pero con un día tan espléndido todo resultó agradable. Las cuestas fueron menos cuestas y el cansancio lo supimos encauzar con el descanso: unos frutos secos, un poco de chocolate, unas trufas, un empujón y adelante.



Los niños, muchos niños, pusieron el lado alegre, vivaz, dicharachero y más ilusionante. Con ellos es más fácil. Da gusto verlos, verles caminar, cansarse…y hasta protestar si ha lugar. Hay vida. Hay ganas. Hay ilusión. Y eso anima a los mayores. Fue un regalo para una marcha que en sí misma lo es.

La comida, los bocadillos, el agua fresca, un vinito, café y algo de orujo nos fortaleció y pronto. Porque había que jugar, a la pelota, al banderín, al pañuelo, al escondite…también alguna partida de cartas. ¡Qué bien se estaba allí!



La eucaristía. Porque así concluimos. Dando gracias a Dios porque todo nos ha sido regalado: la vida, la naturaleza, la comida, la fuerza, la alegría, la fe. Estamos celebrando la resurrección. Todo es vida. Esto lo resume todo: todo es Vida.  

Si queréis saber algo más, preguntad.  Nosotros lo vivimos así y así lo contamos. Fue un encuentro de Equipos de Nuestra Señora.




Gracias a los organizadores –equipo León-11-, a las personas que acudieron de La Bañeza, a los equipistas y a los amigos que trajeron, a Juan y muchos amigos de la Parroquia de San Isidro, a Sofía y María que animaron con sus cantos la eucaristía, a la familia que nos abrió la ermita…y a todos los que os acordasteis de nosotros. Ya estamos ansiosos por asistir a otra marcha.  Jose, Santi, Tere, Loli y el resto de la panda…id buscando lugar y fechas.

H y MN


domingo, 12 de abril de 2015

DESDE EL ALMA



II Domingo de Pascua
Evangelio de Juan 20, 19-31

         Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio de ellos y les dijo:
         — Paz a vosotros.
         Y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
         — Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
         Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
         — Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
         Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían:
         — Hemos visto al Señor.
         Pero él les contestó:
         — Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.
         A los ocho días, estaba otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo:
         — Paz a vosotros.
         Luego dijo a Tomás:
         — Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.
         Contestó Tomás:
         — ¡Señor mío y Dios mío!
         Jesús le dijo:
         — ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.
         Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de sus discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su Nombre.

No podemos entender este evangelio como un relato histórico de los hechos que ocurrieron tras la resurrección. Se trata de una catequesis que nos permite acercarnos a un misterio, como es la resurrección. Y en esta explicación queremos destacar dos situaciones.

La primera, el miedo. Miedo tuvieron los discípulos de Jesús tras la muerte del Maestro. Desconcierto, es como si todo se hubiera venido abajo. Fueron poco a poco acercándose al misterio de la resurrección.

La segunda situación o actitud tiene que ver con la fe. Fe no es ver con los ojos de la cara, fe es acercarse al misterio de la Vida tras la muerte física o material. En el evangelio, Tomás no cree y por eso el evangelista trata de hacer ver que la resurrección de Jesús es una realidad y por eso le dice acércate y tócame, verás que soy Yo.

Igual nos pasa hoy a nosotros. Estamos desconcertados porque no entendemos qué es la resurrección, pero al mismo tiempo estamos ilusionados y gozosos porque creemos que Jesús ha resucitado, porque lo intuimos y lo sentimos en el interior de nuestro corazón, en el alma, en lo hondo del ser humano que somos. 

Señor me abandono a Ti
En Ti confío
Siento Tu vida en la mía
Noto que Tu eres Vida.
Lo siento así, lo creo así.
Tu me lo has anotado en el alma.


Más que palabras, escucha la canción que sigues. Ahí podrás intuir la resurrección.