En los últimos tiempos los cristianos nos estamos volviendo muy negativos. Muchos dicen sentirse perseguidos, burlados… por su fe y esto hace que se sientan mal. Al no sentirse queridos ellos manifiestan a su vez una agresividad interior hacia aquéllos que los marginan o los desprecian. Pero esa no es la actitud de Dios.
Por eso nos preguntamos ¿qué actitud se define como justa?
Queremos ser felices y pensamos que lo conseguiríamos si todos vieran claro que los cristianos somos buenas personas que sólo queremos el bien para los demás. Claro, para ser felices tendríamos que cambiar el mundo y la mentalidad de la gente.
Pero realmente no es necesario, lo que hay que hacer es encontrar nuestra actitud justa ante todas las cosas:
Dios lo ve todo, no se le escapa nada y sin embargo es eternamente dichoso. Si pudiéramos ver el mundo con los ojos de Dios el mundo estaría transfigurado y nosotros seríamos dichosos como los apóstoles en el Monte Tabor. El consejo no es erróneo, pero no es fácilmente realizable.
O sea ante este mundo que tenemos hemos de saber llegar a él viéndolo como es, pero con los ojos de Dios, los ojos del amor.
Huellas
Yo creo que esos ojos del amor de los que habla Huellas no son otros que los ojos que miran a mi interior sin preocuparme tanto del exterior. Yo hago lo que creo que tengo que hacer sin esperar alabanzas ni aquiesciencia ni recompensas ni críticas. En definitiva si soy auténtico. ¿Es así como se aprende de Dios? Creo que sí.
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