sábado, 12 de marzo de 2011

CÓMO IR A MISA Y NO PERDER LA FE


Reproducimos un artículo tomadao de Zenit, en relación con la liturgia. Nos gustaría conocer el parecer de los visitantes de esta página sobre ello. Lo podéis hacer pinchando en comentarios.

 
Bux: "En el campo litúrgico, estamos frente a una desregulación insoportable”

Un debilitamiento de la fe y la disminución del número de fieles podrían atribuirse a los abusos litúrgicos y a las Misas malas, es decir, las que traicionan su sentido original y donde, en el centro, ya no está Dios sino el hombre con el bagaje de sus preguntas existenciales. Esta es la tesis que sostiene Nicola Bux, teólogo y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Oficina de las Celebraciones del Sumo Pontífice del Sumo Pontífice.

Presentando en Roma, el pasado 2 de marzo, su libro Come andare a Messa e non perdere la fede [Cómo ir a Misa y no perder la fe, n.d.t.], Bux arremete contra el giro antropológico de la liturgia. En las páginas del volumen, especie de vademecum para la supervivencia a las Misas modernas. Bux replica a cuantos han criticado a Benedicto XVI, acusándolo de haber traicionado el espíritu conciliar. Al contrario – argumenta el teólogo – los documentos oficiales del Concilio Vaticano II han sido traicionados precisamente por estas personas, obispos y sacerdotes a la cabeza, que han alterado la liturgia con “deformaciones al límite de lo soportable”.

Asistir a una celebración eucarística pueda significar, de hecho, también encontrarse ante las formas litúrgicas más extrañas, con sacerdotes que discuten de economía, política y sociología, hilvanando homilías en las que Dios desaparece. Proliferan los ensayos de antropología litúrgica hasta reducir a esta dimensión los mismos signos sacramentales “ahora llamados – es la denuncia de Bux – preferiblemente símbolos”. La cuestión no es pequeña: afrontarla supone ser tachados de anticonciliares.

Todos se sienten con el derecho de enseñar y practicar una liturgia "a su manera", tanto que hoy es posible asistir, por ejemplo, “a la afirmación de políticos católicos que, considerándose 'adultos', proponen ideas de Iglesia y de moral en contraste con la doctrina”. Entre aquellos que han iniciado este cambio, Bux recuerda a Karl Rahner el cual, a raíz del Concilio, denunciaba la reflexión teológica entonces imperante que, en su opinión, se mostraba poco atenta u olvidadiza de la realidad del hombre.

El jesuita alemán sostenía en cambio que todo discurso sobre Dios brotaría de la pregunta que el hombre plantea sobre sí mismo. En consecuencia – esta es la síntesis – la tarea de la teología debería ser la de hablar del hombre y de su salvación, planteando las preguntas sobre sí y sobre el mundo. Un pensamiento teológico que, con triste evidencia, ha sido capaz de generar errores, el más clamoroso de los cuales es el modo de entender el sacramento, hoy ya no sentido como procedente de lo Alto, de Dios, sino como participación en algo que el cristiano ya posee.

“La conclusión que saca de ello Häuβling – recuerda Bux – es que el hombre en los sacramentos acabaría por participar en una acción que no corresponde realmente con su exigencia de ser salvado”, ya que prescinde de la intervención divina. A semejante tesis "sacramental", y a la derivación anexa de la liturgia, responde Joseph Ratzinger, que ya en el dorso del volumen XI "Teología de la liturgia” de su Opera omnia escribe: “En la relación con la liturgia se decide el destino de la fe y de la Iglesia”.

La liturgia es sagrada, de hecho, si tiene sus reglas. A pesar de ello, si por un lado el ethos, o sea la vida moral, es un elemento claro para todos, por otro lado se ignora casi totalmente que existe también un ius divinum, un derecho de Dios a ser adorado. “El Señor es celoso de sus competencias – sostiene Bux –, y el culto es lo que le es más propio. En cambio, precisamente en el campo litúrgico, estamos frente a una desregulación”.

Subrayando, en cambio, que sin ius el culto se vuelve necesariamente idolátrico, en su libro el teólogo cita un pasaje de la "Introducción al espíritu de la liturgia" de Ratzinger, que escribe: “En apariencia, todo está en orden y presumiblemente también el ritual procede según las prescripciones. Y sin embargo es una caída en la idolatría (…), se hace descender a Dios al nivel propio recudiéndolo a categorías de visibilidad y comprensibilidad”.

Y añade: “Se trata de un culto hecho a la propia medida (…) se convierte en una fiesta que la comunidad se hace a sí misma; celebrándola, la comunidad no hace sino confirmarse a sí misma”. El resultado es irremediable: 'De la adoración de Dios se pasa a un círculo que gira en torno a sí mismo: comer, beber, divertirse'. Y en su autobiografía (Mi vida, edit. San Pablo), Ratzinger declara: 'Estoy convencido de que la crisis eclesial en la que hoy nos encontramos depende en gran parte del derrumbe de la liturgia'”.

Para terminar, una sugerencia y una advertencia. La primera es la de relanzar la liturgia romana “mirando al futuro de la Iglesia – escribe Bux –, en cuyo está la cruz de Cristo, como está en el centro del altar: Él, Sumo Sacerdote al que la Iglesia dirige su mirada hoy, como ayer y siempre”. La segunda es inequívoca: “Si creemos que el Papa ha heredado las llaves de Pedro – concluye –, quien no le obedece, ante todo en materia litúrgica y sacramental, no entra en el Paraíso”.

5 comentarios:

  1. Es un artículo, cuando menos controvertido. Estoy de acuerdo en la importancia de la liturgia, en la alabanza a Dios, en que en el centro de ella ha de estar Dios. Pero, no me parece que el abandono religioso tenga mucho que ver con lo que este artículo vine a llamar "abandono litúrgico", más bien me parce que lo más importante es la cercanía, la acogida, el amor... a los hombres y con ello a Dios, pues son los hombres las mayores y mejores concreciones de Dios en este mundo. Me parece que no es tan preocupante los temas litúrgicos, es más preocupante que los cristianos no estemos enamorados de Dios. O al menos que no manifestemos ese amor auténtico en nuestra vida de cada día. Quizás por aquí las cosas puedan cambiar. Y alabar a Dios y ponerle en el centro de la liturgia, es una consecuencia d elo anterior. Con todo el respeto.

    ResponderEliminar
  2. Para mi tiene mucha importancia la liturgia y cuando acudo a misa, voy a lo que voy ... a ver a Cristo en el centro de la mesa. Por supuesto que la mejor obra de Dios ha sido el hombre y nunca debemos olvidarlo, pero nuestro pensamiento debe estar dirigido, ante todo hacia ese encuentro con Cristo resucitado. El título del artículo es "Como ir a misa y no perder la fe". Efectivamente hay homilías en las que no aparece por ninguna parte Dios y sí temas que puedan resultar interesantes e importantes, que no está mal hablar de ellos, pero que no es el lugar ni el momento, con lo cual cuando sales de la Iglesia lo haces con la sensación de haber ido a un mitin o algo parecido.
    Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo con Bux en la defensa
    que hace del Papa pues creo que es la persona idónea para dirigir en estos momentos el destino de la Iglesia.

    ResponderEliminar
  3. ¿este Bus tiene algo que ver con el ex-Presidente Bush?. Este ultimo nos enredó en guerras imposibles y enevenedas de las que aún no hemos salido.El otro Bus parece querernos devolver al rito latino, el cura mirando para el sagrario y las letanías en un idioma desconocido para el pueblo. Creo que lo que esta en descrédito actualmente no es tanto la fe como la jerarquía eclesial y romana, que parece que desean que todos andemos para atrás. ¿no os parece que si andamos para atrás tenemos más posibilidades de despeñarnos?. Los santos han asumido riesgos,han mirado para adelante.. Los miedos son de Egipto.

    ResponderEliminar
  4. Bux parece haber encontrado en el papa a un dios. Es un idólatra si piensa que el papa no se equivoca en esas materias. ¿De dónde la puede venir esta idea? Quizás es que lo necesite porque no cree en la capacidad de pensar que Dios nos ha dado. ¿O es que él mismo se autoafirma infalible por adherirse al infalible?

    ResponderEliminar
  5. El comentario de este señor nos parece demencial. ¿Alguién puede creer que por no seguir al pie de la letra lo que dice el papa no va a entrar en el paraíso? Deberíamos ser más serios al hacer este tipo de comentarios. Dios nos da capacidad de pensar y darnos cuenta cuándo un papa puede equivocarse, lo que ha sucedido más de una vez a lo largo de la Historia. ¿Recordáis la rotación de la Tierra?

    ResponderEliminar