No te resignes a sufrir.
No te resignes a llorar.
No te resignes a estar en paro.
No te resignes a estar solo.
No se resignes a ser maltratada.
No te resignes a lo evitable.
No te resignes a maldecirte.
No te resignes a quedarte atrás.
No te resignes a ser un idiota o un perfecto egoísta.
No te resignes a la maldad.
No te resignes a la mentira.
Hijo mío, antes que nada, despierta.
En León, Avenida Mariano Andrés, alguien desconocido nos ha invitado a despertar del letarlo y echarle arrestos a la situación personal de cada uno.
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