Cuando llegamos al final de una actividad o de un periodo solemos hacer balance. Dedicamos un tiempo a analizar lo que hemos hecho o lo que hemos dejado por hacer y compararlo con lo que habíamos previsto, presupuestado o pensado. Y de ahí obtenemos una valoración y sacamos unas conclusiones. Todo para mejorar y seguir avanzando.
Hoy, último día del año 2011, podría ser un momento para el balance. En el ordenador, en un papel o simplemente en un rato de meditación. Podría ser el momento de hacerme unas preguntas para valorar qué hecho en este año que hoy concluye.
En esa labor pueden servirnos algunas preguntas:
¿Cómo ha estado mi salud durante este año 2011?
¿Cómo estoy de ilusión?
¿Puedo recordar alguna acción concreta que me ha llenado de satisfacción?
¿He sido un elemento de unión en la familia?
¿Cómo he participado en la sociedad?
¿La crisis me afecta?
¿Me siento satisfecho en los Equipos y en concreto en mi equipo?
Sólo se trata de que encuentres un momento para hacer ese alto, tomar fuerzas y seguir adelante. La vida no se detiene. Es un continuo caminar. Si nos detenemos comenzamos a morir sin vivir.
Aquí está ya el año 2012. El tiempo corre tan deprisa que parece que la vida se nos esfuma. No es así cuando se vive intensamente. Y esto ocurre cuando se ama. El 2012 será un año feliz si cada uno de nosotros amamos.
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