Getsemaní, Huerto de los Olivos, en Jerusalén |
En el escrito anterior dejaba en el aire una pregunta ¿Había otras realidades?
Este camino, el Señor Jesús, lo sitúa entre Jerusalén: centro religioso-cultual, y Jericó: ciudad sacerdotal.
La Parábola nos muestra en el camino la presencia de cuatro personajes con sus singulares realidades; realidades que surgen de la historia de aquella región y en aquel tiempo (Una persona herida, un sacerdote, un levita y un samaritano) ¿Viaje de ida?
Había otras realidades y mucho más influyentes que las geográficas, en el comportamiento de las personas; como eran las leyes de carácter social, cultural, y religioso. De éstas, las religioso-cultuales se aplicaban directamente a sacerdotes y levitas, porque eran las relacionadas con sus servicios en el templo: Las de impureza. Estos personajes podían impurificarse si trataban de auxiliar, tocándolo, a un hombre muerto y, también, si este hombre no era judío (estaba desnudo); lo que les invalidaba para ejercer los ministerios propios de su condición. (Lv 21)
Los dos: sacerdote y levita evitaron contaminarse; por ello no ejercieron la misericordia con el herido y sí cumplieron con “su” Ley.
El samaritano no estaba obligado a estas leyes judías, pues él era distinto al “ser” religioso judío. El samaritano estaba afectado por otras realidades: era hereje, bastardo; fue penetrado por otras creencias.
El Señor Jesús nos dice en (Mt 5, 17, 20): “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas, sino a llevarla a plenitud” y: “Os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”
Y vuelvo al Doctor: Él ya estaba formado, le faltaba salir al camino, a la sociedad; romper consigo mismo, con su egoísmo, con algunas leyes de su tiempo para hacer lo que el Samaritano. Y a nosotros ¿qué nos sobra o qué nos falta para hacer “lo mismo”?
EL RUSTICO
Reflexión que aclara y precisa el comportamiento de los tres protagonistas de la parábola: sacerdote, levita y samaritano. Y que me invita al siguiente coemntario: una norma que me aparta del hermano, de la persona, no puede estar bien formulada: Por eso Jesús vino a superar y dar contenido positivo a algunas normas del A. Testamento. Y todas las normas de Jesús tienen una argamasa que las une y es esta: ama a Dios y al prójimo. Y después haz lo que quieras. Irás por el camino recto.
ResponderEliminarNos sobra prepotencia y formación y nos falta libertad para opinar por nosotros mismos sobre lo que es bueno y lo que hay que eliminar de las normas que se nos han impuesto. Hemos sido educados en obediencia ciega a las normas que da la Iglesia y seguimos sin entender que nosotros también somos Iglesia y tenemos que ayudar a eliminar las normas que causan dolor en vez de cercanía y amor.Por eso a veces los cristianos damos miedo porque no somos personas que intentamos estar cerca de los que nos necesitan.
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