martes, 27 de diciembre de 2011

EL CAMINO Y SUS REALIDADES – OTRAS REALIDADES



Getsemaní, Huerto de los Olivos, en Jerusalén


En el escrito anterior dejaba en el aire una pregunta ¿Había otras realidades?

Este camino, el Señor Jesús, lo sitúa entre Jerusalén: centro religioso-cultual, y Jericó: ciudad sacerdotal.

La Parábola nos muestra en el camino la presencia de cuatro personajes con sus singulares realidades; realidades que surgen de la historia de aquella región y en aquel tiempo (Una persona herida, un sacerdote, un levita y un samaritano) ¿Viaje de ida?

Había otras realidades y mucho más influyentes que las geográficas, en el comportamiento de las personas; como eran las leyes de carácter social, cultural, y religioso. De éstas, las religioso-cultuales se aplicaban directamente a sacerdotes y levitas, porque eran las relacionadas con sus servicios en el templo: Las de impureza. Estos personajes podían impurificarse si trataban de auxiliar, tocándolo, a un hombre muerto y, también, si este hombre no era judío (estaba desnudo); lo que les invalidaba para ejercer los ministerios propios de su condición. (Lv 21)

Los dos: sacerdote y levita evitaron contaminarse; por ello no ejercieron la misericordia con el herido y sí cumplieron con “su” Ley.

El samaritano no estaba obligado a estas leyes judías, pues él era distinto al “ser” religioso judío. El samaritano estaba afectado por otras realidades: era hereje, bastardo; fue penetrado por otras creencias.

El Señor Jesús nos dice en (Mt 5, 17, 20): “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas, sino a llevarla a plenitud” y: “Os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”

Y vuelvo al Doctor: Él ya estaba formado, le faltaba salir al camino, a la sociedad; romper consigo mismo, con su egoísmo, con algunas leyes de su tiempo para hacer lo que el Samaritano. Y a nosotros ¿qué nos sobra o qué nos falta para hacer “lo mismo”?

EL RUSTICO

2 comentarios:

  1. Reflexión que aclara y precisa el comportamiento de los tres protagonistas de la parábola: sacerdote, levita y samaritano. Y que me invita al siguiente coemntario: una norma que me aparta del hermano, de la persona, no puede estar bien formulada: Por eso Jesús vino a superar y dar contenido positivo a algunas normas del A. Testamento. Y todas las normas de Jesús tienen una argamasa que las une y es esta: ama a Dios y al prójimo. Y después haz lo que quieras. Irás por el camino recto.

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  2. Nos sobra prepotencia y formación y nos falta libertad para opinar por nosotros mismos sobre lo que es bueno y lo que hay que eliminar de las normas que se nos han impuesto. Hemos sido educados en obediencia ciega a las normas que da la Iglesia y seguimos sin entender que nosotros también somos Iglesia y tenemos que ayudar a eliminar las normas que causan dolor en vez de cercanía y amor.Por eso a veces los cristianos damos miedo porque no somos personas que intentamos estar cerca de los que nos necesitan.

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