El jueves, cuando ya habíamos finalizado la Fiesta de Navidad en La Virgen de Camino, a eso de las doce de la noche, viajando ya para nuestro domicilio, sonó el móvil. Lo saqué del bolsillo, se lo pasé a Mª Nieves y le dije: toma, mira quién es. Yo iba conduciendo.
¿Qué es esto?, me dice
¿Qué pasa?, le dije
Pone "número divino"
Algún, simpático, dije yo.
El móvil sigue sonando, no sabemos si colgar o contestar.
Cógelo, por si acaso, le dije.
A partir de este momento, esta fue la conversación:
Dígame…
Buenas noches, soy el “niño Jesús”
(Ya estamos, un gracioso, pensé)
Tras unos instantes, Mª Nieves, reaccionó y dijo: ¿Quién dice que es?
Soy el niño Jesús, se oyó con claridad
Bueno sí y desde donde llama, dijo Mª Nieves
(Más silencio, qué esto, pensé. El ambiente creado, el tono de voz me hizo pensar que aquello no era una broma. No lo entendía. Paré el coche en el primer cruce y seguí escuchando)
Desde el vientre de mi madre, se oyó
Y qué quiere, dijo Mª Nieves
(Ya no puse en duda que aquello era verdad. Ahora que lo escribo, parece muy extraño. Pero en ese momento tuve la seguridad de que aquello era cierto. Mª Nieves tampoco tuvo dudas)
Quiero, daros las gracias, dijo
¿Por qué?, contestó
Porque esta noche habéis estado muy cerca de mi, me habéis cantado, me habéis recitado preciosos poemas, habéis hecho espléndidas representaciones…y me han gustado mucho, no paraba de moverme en la barriguita de mi mamá. Tanto que la puse algo nerviosa.
¿Te gustó, entonces la fiesta de Navidad?
Mucho, mucho, lo he pasado muy bien. Decirles a los equipistas que muchas gracias por todo lo que han hecho. Ha estado todo muy bien…
Y se cortó la comunicación
Seguimos un rato parados, tranquilos y en paz. No necesitamos hablar: nos comunicamos mentalmente. Teníamos la seguridad de que algo grande había pasado. No fue un sueño. Nos ocurrió de verdad.
Pasado un rato, seguimos nuestro camino a casa. Estábamos cansados. Dormimos de maravilla.
Al día siguiente, nos dijimos: esto hay que decirlo a los Equipos. Fue el mejor colofón a la Fiesta de Navidad. Y así lo transmitimos.
Estamos seguros que fue verdad, porque Dios nos habla de muchas formas. Ya debe estar un poco cansado de fiestas de Navidad donde parece que Él no existe, pero en nuestra fiesta Jesús fue el centro. Un abrazo a todos
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