TENEMOS QUE OLER A DIOS

Un trozo de barro es eso, un trozo de barro, pero cuando ha crecido junto a una flor, sin dejar de ser barro, huela a flor. Igual ocurre con los cristianos. Si crecemos unidos a Dios oleremos a Dios.

Recogemos así alguna de las palabras de la homilía de D. Jesús Fernández en la misa de 12,30 horas de la Parroquia de La Asunción en la que participamos los equipistas. Una misa organizada por el EDIP, muy animada y con unas moniciones en las que dábamos testimonio de que el Movimiento de los Equipos de Nuestra Señora sigue siendo actual y válido en estos momentos.

Con una iglesia llena y un número notable de equipistas los fieles de la Parroquia de Las Asunción conocieron a muchos matrimonios de equipos. Personas normales que queremos vivir el matrimonio según el evangelio. Ni más ni menos. Queremos oler a Dios. Esa es la esencia. Para ello hay que estar junto a Dios. Y la mejor manera es estar junto a las personas. Que no nos sean indiferentes. Que pasemos por la vida mirando y escuchando a las personas. Es así como vamos adquiriendo el olor a Dios.

Corren tiempos difíciles. Como siempre. Pero las flores brotan todas las primaveras sin que los hombres hagamos nada para ello. Solo hay que visitar los campos para darnos cuenta de tanta grandeza. Es obra de Dios.

Los equipos estamos sembrando semillas para que, quien sabe cuándo, broten esas flores que ansiamos para ampliar nuestro Movimiento. No nos empeñemos en recoger. Nuestra labor es sembrar.

Ayer en la misa de La Asunción sembramos ese olor a Dios del que habló el celebrante.

Al final se repartieron calendarios y unas hojas explicativas del Movimiento para la difusión de los equipos. Y compartimos con los que asistentes a la misa. Porque somos personas sencillas que creemos en Jesús.

Hubo muchos motivos para la alegría. El principal, que Juan Bautista, anunció en el evangelio que está a punto de ocurrir el mayor acontecimiento de la historia: Dios se hace hombre. Llega el Mesías, llega Jesús. Por eso, en este tercer domingo de adviento, hemos celebrado la alegría.