Comenzamos el domingo pasado la 2ª semana de Adviento y el Evangelio de Marcos empieza con la frase: : «Comienza el evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios». Cuando leímos esa frase pensamos: ¿por qué empieza diciendo eso, qué más da que comience o estemos en la mitad de un evangelio? Pero al ir analizando esa frase se nos ha ocurrido que tiene mucho sentido.
La palabra Evangelio significa Buena Noticia, así que está claro que lo que comienza es una Buena Noticia, algo nuevo. ¿Y cuál es esa Buena Noticia? Pues eso, la Buena Noticia es el mismo Jesús
Dios va a venir al mundo para estar con nosotros. ¿Y qué mejor noticia que ésa? Con la llegada de Jesús podemos encontrarnos con Él cada día, porque se ha quedado entre nosotros a través del Espíritu Santo. Y este encuentro es una Buena Noticia, porque Jesús vino a liberarnos de los miedos, a traernos la salvación, a ser nuestro amigo y hermano, a acompañarnos siempre en los buenos y malos momentos, a traernos esperanza, a estar cerca de los más desfavorecidos, de los heridos, de los que sufren.
Saber todo esto sólo puede producirnos alegría y ESPERANZA, que es lo propio de esta segunda semana de adviento. Si no sentimos interiormente esa alegría es porque seguramente no nos hemos encontrado con Jesús, sino con una imagen de Él que no se corresponde con la realidad. Jesús siempre será Buena Noticia porque es esperanza, amor, comprensión, cercanía…
Podemos poner muchas cosas más, pero lo importante es preguntarnos qué quiere Dios de nosotros. Pues recordemos la frase: “tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui extranjero y me acogisteis…”. Eso es lo que quiere de nosotros que estemos cerca de las personas, las acojamos, calmemos su hambre de amor, su sed de esperanza, su necesidad de sentirse en casa, uno con nosotros. En definitiva que ayudemos a humanizar la vida, porque Dios fue profundamente humano.
Por eso éste es un buen momento para proponernos estar más cerca de las personas, dar nuestro amor, que se sientan queridas y manifestar la alegría de tener a Dios con nosotros.
Huellas
No son estos tiempos perores a los de antes. En muchas cosas son ampliamente mejores. Es verdad que la crisis económica azota, que los jóvenes no encuentran trabajo, que muchas empresas cierran...pero también es verdad que estamos más preparados para poder salir adelante y por eso NUNCA PODEMOS PERDER LA ESPERANZA. JESÚS ESTÁ A NUESTRO LADO.
ResponderEliminar