LAS FASES DE LA ESCUCHA

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Muchas veces leemos la Biblia, sobre todo el A. Testamento, y no entendemos nada. Y nos quedamos entristecidos. Pero hace unos días hemos leído a un teólogo que nos habla de las diferentes fases de la escucha. Nos ha gustado y os lo vamos a contar.

La primera fase es no hacer nada, sólo dejar que el texto nos hable, recibirlo en silencio. Es una fase bonita. Requiere saber hacer callar a nuestro yo, y no es fácil, porque el silencio puede ser inquietante. Pero la Palabra de Dios nace en el silencio. El silencio compartido del amor no es la ausencia de ruido, sino la intensidad de la presencia mutua, dice Radcliffe. Hemos de saber callar y decir “Muy bien Señor, aquí me tienes, ahora mueve tú”.

La segunda fase es la de la interrogación. Es el momento del trabajo que en algunas situaciones puede ser un trabajo arduo. Es lo que algunos llaman como “la tremenda lucha con las palabras y el sentido”. Cualquier libro interesante siempre nos hace trabajar para llegar a profundizar en él. La Palabra de Dios es la más interesante.

Pero llegará un momento en que no tendremos ni idea de a qué se refiere el texto. Entramos en la tercera fase. Como Jacob nos veremos sobrepasados. Entonces nos hemos de volver a Dios para pedirle iluminación. Ésta puede tardar en llegar. porque recibir la iluminación es un don. Pedir la gracia de esta luz no significa que el Espíritu Santo lo haga todo. Muchas veces el don llega precisamente a través de la labor del estudio. Requiere humildad y es bueno que seamos capaces de ponernos en manos de Dios aún cuando no entendamos nada. Es como un niño que no sabe qué pasa pero se acerca a sus padres y se siente protegido. Dios nos dará la tranquilidad de su mensaje.

Una vez que la idea nos ha quedado clara y llega la luz, ¡qué felicidad!

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