domingo, 7 de noviembre de 2010

LA RESURRECCION

El evangelio de este domingo toca un tema central de nuestra fe: la resurrección. En el relato de Lucas 20, 27-38 los saduceos, que no creen en la resurrección, plantean a Jesús el caso de una mujer que se fue quedando viuda y se fue casando hasta con siete hermanos y le preguntan de quién será mujer en la resurrección. Jesús responde que, con la resurrección, ya no hay matrimonio ni muerte, hay vida porque Dios no es un Dios de muertos sino de vivos, porque todos viven por Él.

Puesta de sol sobre el río Eria

La resurrección de Jesús es la victoria de la vida sobre la muerte. No es un retorno a la vida terrenal. Y es promesa de nuestra propia resurrección, es decir, de nuestra salvación, que es vivir para siempre en una vida de amor. Se abre así un porvenir nuevo con una esperanza nueva. Y no es el opio del pueblo sino un don real para la construcción de una sociedad justa, libre y fraterna.

La resurrección es lo que da esperanza a nuestra vida, es la razón fundamental de nuestra fe. Es la esencia de lo que creemos.

También utilizando nuestra razón, aunque no se pueda entender o demostrar empíricamente, la resurrección tiene todo el sentido y llena la vida de un horizonte esperanzador. Y llena el vivir de cada día en un anhelo porque todos los hombres seamos libres y hermanos. Creer en la resurrección es vivir o intentarlo según el Evangelio. ¡¡Ahí es nada!!

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