jueves, 11 de noviembre de 2010

¿CÓMO TENEMOS LA VISTA?

Todos tenemos claro que si no vemos bien los colores, o no vemos de cerca o de lejos… hemos de ir al oculista. Y normalmente no nos importa ponernos gafas porque queremos ver bien.

Pero ¿qué pasa con las enfermedades de la vista interior?

A veces la alteración viene dada porque no captamos bien las proporciones y damos demasiada importancia a cosas que no la tienen y poca importancia a otras muy importantes, como la incapacidad de ver la bondad en los que nos rodean o en nuestro mundo. Teófanes escribe que “el mismo diablo nos da, a veces, una maravillosa clarividencia para descubrir los defectos de los demás y para ignorar los propios”.

Dice Santo Tomás que cada uno ve las cosas según él mismo: el puro lo ve todo bueno, el malvado lo ve todo malo.

Así pues cuando somos muy negativos frente a lo que sucede en nuestro entorno quizá los que debamos cambiar somos nosotros. Unas buenas gafas son la lectura de la Palabra y la oración. Pongámonos siempre estas gafas para ver la imagen de Dios también en quien no nos gusta.

El Espíritu nos ayudará a ver su obra en nuestro mundo actual.

Huellas

2 comentarios:

  1. Me parecen sabias estas reflexiones: vemos el mundo según nuestros propios ojos. Desperecemos la mirada.

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  2. ¿No será que a al no ser comprensivos con nosotros mismos nos cuesta serlo con los demás?

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