En Lucas 10, 1-9 Dios nos envía de dos en dos para ir a explicar su mensaje.
Sabemos que hay pocas vocaciones al sacerdocio y “que la mies es mucha y los obreros pocos”. ¿Creemos, de verdad, que nuestro Padre nos está dejando abandonados y no nos envía obreros?
Quizá haya que buscar otra interpretación. Dios sigue enviando obreros día a día, el problema puede estar en que no somos capaces de reconocerlos.
Si pensamos en las vocaciones religiosas como las de sacerdotes, frailes o monjas entonces sí, hay menos. Pero es posible que el Padre ahora esté pensando en otras vocaciones, también religiosas, de matrimonios, de laicos que están día a día con su vida llevando SU mensaje allí donde están.
Recemos para que haya sacerdotes, frailes y monjas, pero no nos olvidemos de rezar para que cada uno de nosotros cumpla con la vocación de hacer presente el Reino del Amor. Porque diariamente pedimos: “Venga a nosotros tu Reino” y somos los matrimonios y los laicos, también, los que tenemos que cooperar para que este Reino venga.
En su vida Jesús rompió muchos moldes y nosotros podemos empezar a romper algunos si queremos parecernos a Él. No perdamos la esperanza. El mundo está lleno de vocaciones religiosas.
Huellas
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