lunes, 24 de enero de 2011

TRES DÍAS CON UN MONJE: FERNANDO, PRIMER DÍA: "LO QUE YO BUSCABA, EN CUALQUIER SITIO SE PUEDE ENCONTRAR"

Nuestros redactores no descansan. En esta ocasión han dado con un hombre bueno y han quedado prendados de su inocencia. Esta es la entrevista que nos han remitido

"Hoy este blog se ha adentrado en la vida de un convento de absoluta clausura, en la zona montañona de las Batuecas, en Salamanca. Allí encontramos lo que buscábamos. Un monje abierto y sencillo, dispuesto a acoger nuestras preguntas. No te importa el apellido. Su nombre es Fernando.

¿Cómo se trabaja desde el silencio la aceptación, las heridas de cada uno, la afectividad, el compromiso con la sociedad?. Estas inquietudes y alguna otra es lo que hoy no smueve a compartir con todos nuestros amig@s del blog tanta profundidad personal.

Gracias, Fernando, por todo lo quenos has enseñado y por tu compañía pacífica.

"Lo que yo buscaba en cualquier sitio se puede encontrar"

1º.- Algunos datos autobiográficos.

Me llamo Fernando. Nací hace 61 años en Calzada del Coto (León), en EL seno de una familia humilde de campesinos. Viví una infancia muy feliz y me encantaba jugar a la pelota. Acabé en Madrid trabajando 20 años en un Banco importante, en el corazón de la plaza de Castilla.

2º.- ¿Por qué abandonaste el Banco?

Muchos fines de semana los dedicaba a conocer los distintos monasterios que existían en España o las casas de oración, porque mi trabajo no me llenaba. Hacía mucho deporte, pero me di cuenta que en el Banco yo estaba de paso.

3º.- ¿Qué ibas buscando que no encontrabas en la gran ciudad?

El dinero, las cuentas corrientes, las operaciones bancarias, no me satisfacían. Buscaba algo más hondo, como más profundo. Creo que buscaba la verdad. Buscaba a Dios. En aquel tiempo disfrutaba ir por cines, los teatros, las estaciones, en definitiva, por los sitios en los que se reunía la gente. Iba buscando sus caras y sus reacciones. Quería comprobar dónde la gente era más feliz. Pero los lugares de espectáculos, las discotecas, los bares, no eran mi lugar.

Con el tiempo he descubierto que lo que yo buscaba no estaba en ningún lugar o ,mejor aún, que en cualquier lugar se puede encontrar.

4º.- Decidiste retirarte para siempre a un lugar alejado de cualquier núcleo o pueblo e irte a vivir a la soledad de los valles y montañas de las Batuecas, en Salamanca, al monasterio de los carmelitas. ¿Qué encontraste allí?.

Allí encontré en pequeño todo lo que hay en la sociedad, de grande y de mísero. Percibí que ene l Monasterio se vivía en los alrededores de Dios.


5º.- ¿A qué hora te levantas cada día y a qué hora te acuestas?.

A las cinco de la mañana me desperezo y me levanto a cantar el cántico de las creaturas de Francisco de Asís. Comienzo el día llamando hermanos al sol, a la luna, a las estrellas, a la tierra, al fuego, a todo cuanto existe, sin rechazar nada. Me acuesto sobre las 11 de la noche, dando gracias por todo lo vivido. Enseguida me duermo.


6º.- ¿Qué se escucha en tantas horas de silencio?

Allí la soledad no está callada, es sonara, está viva. En el silencio se escuchan todos los murmullos, con los trinos de los pájaros. Te parece que estás oyendo los ecos de la eternidad.

7º.- ¿A qué se parecen esos ecos?

Es lo más maravillosos que el ser humano se pueda imaginar. Siento la eternidad como la oportunidad que el ser humano tiene de hacer todo lo hermoso y lo bello que aquí no puede hacer.


8º.- Según lo que acabas de decir, ¿quién va al cielo?

Dios no excluye a nadie, aunque sí tiene preferencias y éstas son claras, nítidas. Sus preferidos son los pobres, los excluidos.

9º.- Llevas miles de horas de oración, de meditación. ¿qué es orar?.

Es una simple mirada dirigida al cielo. Sentirse como un niño de teta en brazos de su madre. Tratar de amores con quien sabemos que nos ama ( Teresa de Jesús).

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