viernes, 14 de enero de 2011

DIOS NOS LLAMA POR NUESTRO NOMBRE

Hoy comienzan a publicar sus reflexiones Jesús y Mariví. Les damos la bienvenida y estamos seguros que nos servirán para abrir nuestro corazón y no perder la sensibilidad. Como nos dicen en esta reflexión, en la que invocan a Santa Inés, Dios nos llama por nuestro nombre y quiere que le respondamos: abramos la puerta y ofrezcamos nuestras manos.

Celebramos hoy el nacimiento para el cielo de una virgen, también de una mártir. Es el día de santa Inés. Sabemos por tradición que murió mártir con gran crueldad a los doce años de edad.

¿Una nueva clase de martirio? No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria; la lucha se presentaba difícil, la corona fácil; lo que parecía imposible por su poca edad lo hizo posible su virtud consumada.

Todos lloraban, menos ella. Todos se admiraban de que, con tanta generosidad, entregara una vida de la que aún no había comenzado a gozar, como si ya la hubiese vivido plenamente. Todos se asombraban de que fuera ya testigo de Cristo una niña que, por su edad, no podía aún dar testimonio de sí misma. Resultó así que fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas.

Dice San Ambrosio en su tratado sobre las vírgenes (Libro 1, caps. 2. 5. 7-9) que “Se detuvo, oró, doblegó la cerviz. Hubieras visto cómo temblaba el verdugo, como si él fuese el condenado; como temblaba su diestra al ir a dar el golpe, cómo palidecían los rostros al ver lo que le iba a suceder a la niña, mientras ella se mantenía serena. En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio.”

El Papa Benedicto ya ha llamado seriamente la atención sobre la persecución y digamos carnicería en determinadas sociedades integristas, sobre los cristianos. El número de personas, hermanos en la fe muertos por causa de esa fe, es alarmante.

En el evangelio de hoy, San Marcos nos muestra cómo son elegidos los doce, personas de carne y hueso…

Como nosotros hoy día, que el Seños nos llama, por nuestro nombre. Y lo hace desde nuestra vida concreta, nuestra situación vital determinada. Y lo hace para darnos una misión: que los que están a nuestro alrededor le conozcan. Quizás ello suponga ser pequeños mártires (me refiero a perder de la cotidianeidad, de nuestra vida diaria).



¿Respondes a la llamada?

¿Lo haces con la alegría de esta santa?

¿Te sientes llamado por tu nombre?


¿…Y tú cómo te llamas…? Porque en la antigüedad el nombre de cada persona significa lo que la persona es

9 comentarios:

  1. Bienvenidos al blog Mariví y Jesús. ¡Es tan bonito pensar que Dios nos llama por nuestro nombre...! No somos unos cualquiera porque Dios nos conoce por nuestro nombre y nos quiere como somos. Un abrazo

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  2. Hola a todos:
    Por un error nuestro, esta reflexión, que era para el próximo viernes, fecha de la onomástica, y día del evangelio al que se hace mención, se ha publicado hoy...
    Lo siento, son cosas del directo...
    Jesús Seco

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  3. Mi nombre es Jesús-Ángel. Y mi nombre se cumple. Jesús que significa "Dios salva", "Dios con nosotros". Yo doy testimonio, que en mi cuarentona vida, no me ha dejado, ha sido el hacedor de mi historia. Y Ángel, que significa "enviado"; y es cierto, veo que me ha enviado a una misión, la de amar a mi esposa y educar en cristiano a los niños...lo que vi en casa conn mis padres...
    Esa misión vocacional es a la que diariamente me veo enviado.
    lo que no sé es lo de "seco", será por el carácter...

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  4. Mi nombre es Nieves, "Aquella que tiene suprema blancura", esto es que actúa a corazón abierto, que siente que Alguien me está llegando a mi corazón, es Dios llama en muchos momentos....

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  5. Mi nombre es Ignacio, que significa fuerza, fuego...porque la viva hay que vivirla intensamente

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  6. Mi nombre es Herminio, consagrado a Dios, y es cierto que Dios es para mi insustituible.

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  7. Mi nombre es Elvira, que significa amable ... amable con todo el mundo para así estar más cerca de Dios

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  8. Mi nombre es Daniel, que significa "Dios es mi juez". Ruego a Dios mi nombre se cumpla.

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  9. El mío es Marina, que quiere decir "La que tiene poder sobre las aguas". Dice mi padre que el mar, las aguas que se mueven son signo de lo que no podemos controlar, de la incertidumbre, de lo desconocido, de aquello que nos supera.Asi me lo explica él.
    Y también me ha dicho que me pusieron ese nombre en honor a mi bisabuelo, al que mi abuelo nunca conoció...Se emociona siempre que habla de su padre.
    Me ilusiona pensar que si mi nombre se cumple, podré superar todas las adversidades. Por eso no tengo que llorar cuando una situación me es adversa en el colegio, en casa,...

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