jueves, 5 de julio de 2012

LA JUVENTUD






Estamos pasando un tiempo de fútbol, en el que vemos cómo la gente se siente unida en torno a un deporte. Y la verdad es que asombra ver a tanta gente entusiasmada por unos jóvenes que corren detrás del balón. Pero lo que más nos asombra es ver que ante este deporte no hay edades. Todos, jóvenes y mayores, se sienten unidos y con una enorme ilusión.

Por el contrario cuando vamos a las iglesias vemos que prácticamente no hay jóvenes y los mayores van muriendo con lo que algún día se quedarán vacías. ¿Qué podríamos hacer para que los jóvenes se entusiasmen con Jesús? Seguramente el problema está en nosotros, sus seguidores.

Creemos que no nos hemos actualizado bastante. Queremos una religión como la de hace 50 años y eso no es posible. Cuando vemos a los futbolistas de hace cincuenta años nos parecen rancios, con sus pantalones cortitos, con imágenes en blanco y negro, con su pelo tan distinto al actual. Pero hoy los futbolistas se han actualizado, la tele es de color, el pelo cambia o desaparece y los vemos rapados… Y nadie se extraña.

Pero en la iglesia no vemos cambios y posiblemente los jóvenes nos ven rancios. Tenemos que transmitir ilusión, calor, alegría, esperanza, porque si no, no vamos por buen camino.

El Espíritu seguramente nos dará ideas nuevas. ¿No habría que hacer una pastoral de los deportes como el fútbol? Quizá los cristianos tengamos que empezar a ir al fútbol con los jóvenes y ser allí testimonio de saber ganar y saber perder, de aceptación de los otros, aunque sean nuestros oponentes, en fin estar donde está la gente. Que el Espíritu nos ilumine.

Huellas

1 comentario:

  1. A propósito de esta reflexión de huellas. Los que ya tenemos algunos años, venimos teniendo desde jóvenes colgados a nuestro cuello una cadena con un amedalla de la Virgen o con una cruz. Ayer mismo, viendo el escaparate de un ajoyería observé que esas medallas para colgar del cuello existen ahora con los equipos de fútbol, especialmente el Madrid y el Barsa. Esto me lleva a la conclusión de que esos son los nuevos ídolos. Esta es la realidad. Los cristianos debemos dar ejemplo de unidad, de grupo, de alegría....como ha sido la selección eapñaola de fútbol: un grupo unido en el que se destaca la asociación de personas sobre las individualidades. Y todo el capitaneado por un entrenador sensato, bondadoso y humilde. Estos valores son los que debemos practicar y transmitir los cristianos si queremos que las personas se unan a nosotros. Hay que recuperar lo que hacían los primeros cristianos cuanso quienes los veían decían: mirad como se aman. ¡pero es que tenemos ya unos espolones que nos hacen ser duros, intolerantes y ajenos a la inevitabilidad de los cambios, porque nos crean inseguridad! Hay que volver a la esencia: el amor. IRIS

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