EL DON DE LA SEGUNDA MIRADA

Hace unos días en un viaje oímos esta frase que nos ha hecho pensar mucho.

Hay personas que tienen este don y nos parece que todos deberíamos buscarlo. Cuando vemos a Cristo en la cruz sentimos la vergüenza de ver a nuestro Dios crucificado. Parece un fracaso de toda su misión. Pero si tenemos ese don de la segunda mirada nos damos cuenta que ese fracaso aparente en realidad no lo es. Es el triunfo sobre la muerte y nuestra salvación. En ese Cristo vemos más a un salvador que a un crucificado.

Este don nos ha hecho intentar ver nuestro mundo con una segunda mirada. Estamos en una etapa de crisis y vemos a mucha gente muy desilusionada. Podríamos preguntarnos qué nos quiere decir esta situación. Se nos ocurren varias cosas.

1º Hemos vivido demasiado alegremente y nos hemos olvidado de una gran virtud, que es la austeridad. Nuestros abuelos vivieron esa austeridad y quizá por ello hemos tenido un mundo estupendo donde no nos faltaba de nada. Quizá sea el momento de darles gracias y pedir a Dios que los cuide y los tenga a su lado porque fueron personas que pensaron en el futuro que nos iban a dejar.

2º Hemos abusado de la naturaleza y la hemos ensuciado, masacrado, quemado… y la naturaleza se queja. El país es de todos, no solo de las personas, también de los animales, las plantas, el agua… tenemos que aprender a respetar el espacio de cada uno. Quizá la naturaleza se esté rebelando contra el maltrato a la que la estamos sometiendo. Cuidemos la naturaleza que Dios ha creado.

3º Nuestros hijos están viviendo tiempos difíciles. Unos no encuentran trabajo, otros lo han perdido, las familias tienen que ayudar a que vivan dignamente. Esto, por otra parte, nos puede ayudar a darnos cuenta de la importancia de la familia, y los está acercando a nosotros. Tengamos siempre la puerta abierta a sus necesidades y démosles el cariño que necesitan.

Pidamos a Dios ese don de la segunda mirada para sacar siempre lo positivo de todas las situaciones. En nuestra catedral vemos a Dios creando. No destruyamos su creación. Un abrazo

Huellas