jueves, 23 de junio de 2011

CORPUS CHRISTI



Hoy es el día del amor. Cuando Jesús nos dice cómo hemos de vivir, sus palabras están muy claras. “Sobre todo, buscad el reino de Dios y su justicia”. ¿De verdad estamos entusiasmados en construir un mundo mejor, más justo, o estamos perdiendo el tiempo en temas secundarios?

No es una pregunta más. Colaborar en el Proyecto de Dios que Jesús pone en marcha consiste en procurar que los que lloran, rían, los que tienen hambre, coman. Hemos de cambiar las cosas para que la vida sea vida para todos. Esto es el "reino de Dios" y es la orientación para hacer la vida más humana.

Es decisivo saber si estamos siendo fieles al objetivo prioritario marcado por Jesús o estamos desarrollando una religiosidad que nos está desviando de la pasión que llevaba él en su corazón por las personas.

La actitud de Jesús es clara. Dios quiere misericordia y no sacrificios. Podemos vivir en grupos religiosos que nos reunimos en torno al culto, pero si no contagiamos compasión ni atendemos a los últimos, ¿dónde queda el proyecto de Jesús?

No podemos construir un grupo de creyentes que esté de espaldas a los pobres: hemos de conocer más de cerca sus problemas, atender todas sus necesidades, que se sientan queridos y atendidos por nosotros. El resto no vale.

Es muy sugerente la imagen que nos da Jesús cuando pone en medio de los apóstoles a unos niños y dice: «El que reciba a un niño como éste en mi nombre, me está recibiendo a mí» (Marcos 9, 33-37).

Vemos que Jesús ha puesto en medio a los desvalidos, a los pobres, a los que necesitan a los demás… Nosotros hemos de hacer lo mismo. No podemos decir que acogemos a Jesús y olvidar a los hambrientos que hay en el mundo.

Por eso, amigos, cuando hoy nos llamen a dar un donativo en las colectas para luchar contra el hambre, seamos generosos. Pensemos en los gemidos de tantos niños o personas hambrientas y añadamos algo más de lo que pensábamos dar. Dios nos lo recompensará con su amor. Seamos ricos en la generosidad.

Además esto puede ser una forma de recuperar nuestra dignidad de hijos de Dios. Sembremos el mundo de signos de bondad como hacía él. Vivamos haciendo la vida más humana. Y es difícil sentirse persona cuando ni siquiera se tiene para comer. Hay muchas personas así en el mundo y Caritas necesita nuestra ayuda. Estamos seguros que tu donativo será mayor del que tenías pensado. Gracias de parte de Dios, que está en los pobres.

Huellas



1 comentario:

  1. Me gusta la reflexión de Huellas porque no podemos vivir cómodamente en nuestros grupos si no amamos a los más débiles, si paseamos por las calles de la ciudad y no vemos a los necesitados, si ante el dolor de alguien somos impasibles, si ante quien no tiene empleo y está desesperado creemos que nada podemos hacer. Hoy pongo el acento en los voluntarios de Caritas para que ante tanta dolor y necesidad sean sensibles y cariñosos. Solo así puede ser entendido el evangelio de Jesús.

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