FÍJATE

Fíjate: ahí están. Yo las vi ayer sábado en el campo

Hoy es el 2º domingo de Pascua. Hemos cantado y nos hemos alegrado porque Jesús, después de la pasión y muerte, ha resucitado, vive. Creemos en un Dios Vivo.

No podemos alcanzar con nuestra razón a Dios. Intuimos cómo podrá ser. Y así le atribuimos una serie de caracteres. Uno de ellos es que es “infinitamente misericordioso”. Menos mal -¿qué sería de nosotros si no?- y al mismo tiempo qué grandeza. Hoy es el domingo de la Divina Misericordia. Así los instituyó Juan Pablo II que hoy precisamente es beatificado oficialmente por la Iglesia. Perdonar, perdonar siempre, perdonar sin condiciones…quizás puedan ir por ahí nuestras reglas de vida.

Del Evangelio de este día, Juan 20, 19-31, queremos destacar dos cosas.

La primera el saludo de Jesús resucitado presentándose a sus discípulos que estaban reunidos temerosos: “la paz esté con vosotros”. Con ello les quiere decir: no tengáis miedo, soy Yo, Jesús, confiad en mí, no me he ido, estoy con vosotros, os voy a ayudar, soy vuestro amigo. Y esas palabras son para nosotros también. ¿Seré capaz de aplicarlas en mi vida?

La segunda: ¿Crees porque has visto? Dichosos los que creen sin haber visto". Queremos manifestaciones permanentes de la bondad y de la misericordia de Dios. Y unas manifestaciones a nuestra manera. Queremos un Dios que se nos presente cuando nosotros queremos. ¿Será que queremos un Dios a nuestra manera? Hay que abrir los ojos y el corazón. Dios se manifiesta continuamente. No hace falta buscar fuera. Fíjate en tu marido o en tu mujer, fíjate en tu hijo, fíjate en alguien que pasa por la calle, fíjate en el día que amanece o en la lluvia que cae, fíjate… Hoy es Jesús el que nos dice a cada uno de nosotros: “Yo soy el que Soy, no pretendas hacerme a tu manera, a ti he creado desde el amor, dichoso si crees sin haber visto”

Desde aquí enviamos en beso a todas las madres de los Equipos.