domingo, 29 de mayo de 2011

DEJA QUE EL ESPÍRITU TE HABLE

Movimiento 15-M, acampada en Plaza Botines
El Espíritu y el amor

Jesús, en el evangelio de este 6º domingo de pascua, Juan 14, 15-21, nos dice:

“Os envío el Espíritu de la verdad que no puede recibir el mundo, porque ni lo ve ni lo conoce; vosotros en cambio lo conocéis porque vive en vosotros y está en vosotros”.

Y añade:

“El que acepta mis preceptos y los pone en práctica, ese me ama de verdad; y el que me ama será amado por mi Padre: También yo le amaré y me manifestaré a él”.

Para nosotros estos dos párrafos son complementarios. Amar de verdad es cumplir los mandamientos. Y para que eso sea posible no bastan nuestras solas fuerzas, contamos con el Espíritu Santo. Esto es fe.  Y si decimos que tenemos fe, hemos de ser consecuente con ella.

Nuestra tarea como cristianos está en el mundo. Es ahí –en la dificultad del día a día- donde hemos de estar. Haciendo los cosas como las haría Jesús. Porque amar es poner en práctica el evangelio. Y entrando y participando en los problemas sociales.

En este momento concreto:

¿Cómo está mi fe?

¿Me creo, de verdad, que el Espíritu Santo está en mi?

¿Me son indiferentes las cosas que pasan en el mundo y que no me afectan directamente?

¿Es suficiente con que, en mi oración, me acuerde, de vez en cuando, de quienes lo están pasando mal?

¿En mi oración dejo que Dios me diga algo o se lo digo yo todo a Dios?


No estamos pasando por un buen momento en nuestro país. El paro, la reacción de los jóvenes en el Movimiento 15-M, la apatía religiosa… no son cuestiones ajenas a los cristianos. Los cristianos estamos en el mundo para que se nos oiga.

Amigo internauta, te proponemos que durante esta semana, en tu oración formules la siguiente pregunta y dejes, en el silencio, que el Espíritu te hable:

¿Qué me estás pidiendo Señor en este momento concreto?

1 comentario:

  1. No tenga la valentía para ser cristiano todo el tiempo. Señor, qué difícil es estar siempre con los que buscan la verdad. Pero, soy consciente de ello y por eso no pierdo la esperanza.

    ResponderEliminar