El miércoles la tierra tembló en Lorca. No sé por qué. Las consecuencias han sido tema de imagen y conversación durante todos estos días. Nueve personas han perdido la vida. Los edificios, muchos de ellos, se han retorcido y deteriorado. Las gentes están sufriendo la desolación de ver sus viviendas, sus negocios, y sus calles irreconocibles. En plena crisis económica ha venido la tierra a moverse y nos ha dejado desnudos. Desolación, tristeza, llantos, muertes…
No trato de buscar un culpable. No trato siquiera de encontrar una explicación a un hecho “natural”. No se si la tierra tiene unas leyes y su funcionamiento responde inexorablemente a ellas. No lo se.
Hoy sólo quiero constatar el dolor y la tristeza de toda esa gente afectada por el terremoto del miércoles por la tarde en Lorca. Y solidarizarnos con ellos. Y unirnos a su dolor. Y en nuestra oración pedir por ellos al Dios de la vida.
Y dicho lo anterior sólo nos queda repetir “la vida es un misterio”.
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