El sábado día 11 de diciembre tuvimos el encuentro del Equipo Sector con los consiliarios. La asistencia, salvo dos ausencias justificadas, plena. Nos reunimos en la casa de los Misioneros Claretianos. Comenzamos orando, la mejor manera de reflejar que Jesús estuvo en medio de nosotros, y el medio idóneo para centrarnos en los motivos para los que fuimos convocados. Y después con rigor, un tanto espartano por razones de tiempo, fuimos desarrollando un programa que prtendía hacer un alto en el camino de los Equipos. Y en ese alto hablamos del funcionamiento de los Equipos, de la puesta en común, de la difusión y de la necesidad de renovarnos y de -¡qué bueno sería!- de crecer. Somos conscientes de las dificultades actuales, de los tiempos que corren tan poco propicios a las corrientes cristianas. Pero es nuestro tiempo, es nuestro momento y no tenemos otro. O nos implicamos del todo o hemos dejado pasar una oportunidad. Que conozcan que existimos, que sepan que los Equipos nos ayudan a nosotros a vivir la fe, que para nosotros son un medio idóneo para la pareja, que sentarse al menos una vez al mes para “hablar” tiene un efecto sanador evidente, que a nosotros nos gustan los Equipos y nos van bien.
¿Y cómo se hace todo esto? ¿Cómo se hace toda esta labor de difusión?
En primer lugar sin desfallecer, sin pretender buscar resultados inmediatos.
En segundo lugar mediante el “boca a boca”. Hoy hay mucha oferta y los llamamientos generales están abocados a la indiferencia. La manera más eficaz de difusión es hablarle a los que conocemos y a los pasen por nuestro camino, conocidos o no conocidos, sin miedos y sin complejos, de los Equipos como un medio que a nosotros nos va bien.
En tercer lugar, habrá que seguir buscando nuevas fórmulas. Aquí el Equipo EDIP tiene todo un desafío.
Convinimos que podemos unir a las tres conclusiones que elegimos con los responsables de Equipos – sinceridad y confianza, escucha y preparación de la puesta en común- una cuarta para todos: difundir boca a boca los Equipos porque creemos en ellos.
Tras la comida y después de acabar con la oración de los Equipos –el Magnificat- y la bendición, dimos por finalizado el encuentro.
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