jueves, 9 de diciembre de 2010

DIOS, NUESTRO HORIZONTE

Las verdades de fe siempre tienen dos puntos de vista que se completan mutuamente. Por una parte el Reino de Dios es interior, invisible, pero Dios que es invisible se manifiesta en nuestro mundo y se hace visible en los hombres. Cuando rezamos juntos, cuando estamos en la reunión del Equipo, somos conscientes de que Dios está entre nosotros. En esos momentos nos sentimos cercanos al horizonte donde parece estar Dios.

Pero el horizonte es una línea imaginaria que se aleja cuando avanzamos hacia ella. Porque cuando avanzamos en la oración, en la cercanía y en el amor a los demás vemos que el horizonte se aleja, porque entonces nos damos cuenta de que hay muchos más a los que amar y se necesita mucha más oración y cercanía a Dios para llegar a ese horizonte imposible. Parece como si el horizonte se moviera continuamente. El camino del cristiano no acaba nunca, sólo en la muerte el horizonte se nos acerca y ahí está Dios.

En el Libro de la Sabiduría, 7, 24 se dice: “La sabiduría en más móvil que cualquier movimiento…”. Si esto es así vemos que no debemos ser rígidos en nuestras opiniones porque todo puede cambiar cuando dejamos a la Sabiduría actuar. El amor lo cambia todo, así que no seamos intransigentes y avancemos por el camino de la vida aceptando que nuestros horizontes pueden ir cambiando según el soplo del Espíritu en cada momento de la historia.

Huellas

2 comentarios:

  1. Me gusta ese imagen de Dios como horizonte inalcanzable, que se acerca y se aleja de forma extraña, que parece estar ahí y cuando lo vas a tocar se te ha ido, pero que te atrae y te guía..

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  2. Amao y fundamentalismos son incompatibles. Lo expresa bien la reflexión de Huellas. Uno y otros siguen caminos distintos. Gaspar

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