Oigo tu voz en la noche.
Sí, en la noche oigo tu voz,
como un relámpago de amor
o una cascada de luz incierta.
¿Es tu voz, verdad, la que oigo en la noche
o es tan sólo un destello de ansiedad?
No sé a quien preguntárselo
que no me susurre con desprecio
o no me hiera con su silencio.
Te lo pregunto a ti,
que en la noche oyes mi voz,
porqué ¿es mi voz la que tú oyes en la noche
o es tan sólo un espejo de tu necesidad?
Todo va y viene,
en un circulo lapislázuli de complicidad,
en una noria infinita de querer,
aquella en la que nos sentamos a mirar la eternidad.
No sé si eres tú quien se acerca
o soy yo el que te atrae.
¡Qué más da!.
Lo que importa es que estamos los dos en los dos.
V.T.M.
Precioso poema que relata, creo yo, la relación personal con Dios. También con otra persona. Porque Dios está en las personas.
ResponderEliminar