miércoles, 16 de enero de 2013

BUSCAR A DIOS

«Amar al semejante es mirar de frente a Dios», y si ese semejante es el que está herido, el que se siente vulnerable, indefenso o fracasado; si es el que llora, acaso sin consuelo, el que no puede devolver nada, al que tal vez ni siquiera le quedan fuerzas para la gratitud, si ese semejante es perseguido por causa de la justicia, por construir la paz, por decir la verdad que desenmascara a los poderosos, entonces esa miseria nos conduce al corazón del evangelio.

Para encontrar a Dios a veces hay que salir a buscarlo. En los basureros. En las calles peligrosas. En las barriadas donde la ley parece ausente. En las celdas de la prisión. En las avenidas donde la prostitución es el negocio. En los tugurios donde los drogadictos, los borrachos y los enganchados a cualquier porquería han abandonado ya la esperanza. En los países en guerra. En las selvas violadas por las máquinas. Y allá, en todos esos lugares, acercarse a las víctimas. A los más vulnerables. A los desarrapados, los desahuciados, los miserables. Y entonces, en ellos y con ellos, buscar a Dios.

Pastoral sj


1 comentario:

  1. Valiente reflexión. Me falta atreverme a realizarla. Pero, estoy convencido que Dios es ahí donde está preferentemente. Cómo cuesta acercarse a ese Dios, el Dios del Amor. Es ahí, en la miseria humana, donde el amor ha de brillar. SABA

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