jueves, 10 de enero de 2013

LOS REYES MAGOS


Hace unos días celebrábamos la fiesta de los Reyes Magos. Con tanto jaleo de regalos y fiestas quizá nos hayamos olvidado un poco del mensaje que nos transmiten.

¿En realidad quienes eran los reyes que vienen a adorar a Jesús?

Hemos de darnos cuenta que eran personas que no pertenecen a la Iglesia oficial de entonces, pero que han visto una pequeña luz, una estrella, que les indica algo y desean seguirla. Mientras tanto los sacerdotes de la sinagoga judía no se inmutan ante esta llegada y Herodes, el representante del poder político, los teme.

¿A qué grupo de personas pertenecemos nosotros? Quizá a los que pertenecen a la religión cristiana, pero ya cansados de oír hablar de Jesús no buscamos las luces que nos lleven a él.

O quizá a los que trabajamos en la Iglesia pero no queremos cambios en lo que hacemos, aunque muchas cosas que están sucediendo nos hablan de que debemos empezar a cambiar, porque vivimos en un mundo que ha avanzado y no podemos quedarnos atrás.

O quizá a los que tenemos algún poder sobre otros y no queremos perderlo, porque desde luego todo cambio puede ser un peligro.

La seguridad no ayuda a los cristianos a buscar las luces pequeñitas que el Espíritu está enviando. Hemos de ser valientes y buscar lo que nos parezca que en estos momentos representa un acercamiento a la verdad.

Lo que más nos llama la atención es que los magos ven la grandeza en un pequeño y pobre pesebre. No necesitan oro, ni plata, ni poder, ni seguridades; se arrodillan ante lo humilde y a la vez grandioso: una madre con su hijo.

¿Seremos capaces de hacer lo mismo y buscar la grandeza en lo pequeño, en los pobres y humildes de corazón?

Huellas

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