Hoy, cuando estamos preparando esta reflexión en León, como dice la canción: Nieva, detrás de las ventanas, nieva. Y eso nos ha dado la idea para este pequeño artículo.
¿Y en qué sentido, diréis vosotros? Pues pensamos que en la Iglesia también estamos en tiempo de nieve, de frío, de cielo gris, de querer quedarnos dentro de la Iglesia para no coger frío. Pero a pesar de un día tan gris tenemos que salir de casa, para ir a Misa, comer con los amigos y pasear que es muy bueno para la salud.
En la Iglesia nos puede suceder lo mismo. Como fuera está destemplado queremos quedarnos dentro, donde hay mucho calorcito, y, si no, mirad el calor que recibimos el día de la Misa de la familia, donde al vernos sentimos todos el calor del cariño que nos tenemos y, aunque estábamos fuera y hacía frío, nadie quería marcharse.
En la Iglesia hemos de salir a acompañar y pasear con los alejados que no sienten nuestro calor, a convencer a todos que dentro se está muy bien porque somos acogedores y no queremos juzgar a nadie.
Si el mundo sintiera nuestro calor todos querrían estar con nosotros porque sentirían al amor de Dios a través nuestro.
Un abrazo
Huellas
Creo en esos cristianos que saben salir de las iglesias y pisar terreno resbalizado, y terreno sucio y espacios fríos y situaciones delicadas. Me gustan esos cristianos que saben estar en el mundo. Mucho más que los que solo saben ir a la iglesia porque allí see stá calentito y peligra nustra reputación. Iglersia y vida nol son umcampatibles. Es más no crea en una iglesia que no esté en el mundo. IRIS
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