¿HACIA DONDE VAN LOS EQUIPOS?

El texto con que comenzamos esta pequeño artículo del Padre Arrupe, superior de los jesuitas durante muchos años, nos está haciendo reflexionar mucho estos días. Él se pregunta por el nuevo mundo que surge, quizá como nosotros hoy en los ENS, y nos podemos preguntar, como él, qué podemos ofrecer a este mundo actual que nos haga saber que somos necesarios.

A nosotros también nos parece que no valen las respuestas de ayer para el mundo de hoy. Cada vez vemos que hay más valores emergentes a las que parece tenemos miedo, como la tolerancia, la cercanía a los que piensan distinto pero tienen un gran corazón, los matrimonios de personas que tienen distintas culturas, que se han formado en otros países más o menos cercanos a nosotros, y que quizá no entendamos.

Cuando al P. Arrupe le preguntaba: ¿A donde va la Compañía?, él respondía con sencillez desarmante: «A donde Dios la lleva». Tenía una confianza absoluta, gozosa en el Señor, esperanza ante una persona como Jesús que se dejó crucificar pero nunca rompió su ánimo.

Los Equipos necesitamos también esa esperanza, pero, como dice Arrupe, haciendo lo necesario, y arrancando de nosotros el miedo que nos puede paralizar ante el temor de equivocarnos. Esa es la mayor equivocación, no hacer nada.

Terminamos con unas de sus últimas palabras: “Para el presente, “Amén”…; para el futuro “¡Aleluya!”. Lo mismo decimos en los equipos: Señor para el presente, Amén… ; y para el futuro ¡Aleluya! Porque creemos en Ti y en todo lo que estás haciendo en nosotros. Sabemos que nos estás transformando, por eso ¡Aleluya!

Huellas