Casi recién llegados a casa nos ponemos a hacer
esta crónica del retiro que los ENSLEON hemos disfrutado este fin de semana.
Siguiendo la batuta de Fray Antonio hemos ido escuchando palabras que nos
llevan al meollo de lo que merece la pena.
Amar, Padre, Misericordia, Orar, Eucaristía.
Estas cinco palabras podrían resumir este
tiempo de retiro. No son palabras nuevas. Los hemos oído muchas veces, repetido
una y otra vez. Pero cada vez que las oímos nos dicen algo nuevo. Tuvimos la
muestra evidente cuando el Padre
Antonio, al azar, abrió la Biblia y leyó el texto que surgió por casualidad: dad
frutos. ¿No es nuevo cada vez que lo oímos? ¿Qué hay en la Palabra de Dios que siempre
es novedosa?
Pues hay eso: Palabra de Dios. Y por eso es
siempre inabarcable, eterna.
Amar. Es la razón de la vida.
Padre. Es el amor por excelencia.
Misericordia. Es la grandeza del amor.
Orar. Estar con quien queremos, enamorarnos.
Eucaristía. Es el contacto directo con el
Jesús vivo.
El Padre Antonio, desde el corazón, con unas
manos sanadoras, fue sacando a la luz el lenguaje del corazón. Sus palabras nos
fueron enterneciendo. No son los discursos ni son las palabras grandilocuentes las
que llegan al alma. Son los gestos sencillos, las miradas delicadas, los
pequeños empujones, las caricias, lo que nos hacen sensibles. Gestos pequeños
de amor. Es suficiente.
Estar dos días escuchando la Palabra,
recibiendo la reconciliación, participando de la eucaristía, comprendiendo la
misericordia, y mirando a nuestro interior…es para afortunados. ¡¡Cuántos se
pierden esto!! Tenemos que ser capaces de darlo a conocer. Es nuestra fortuna.
Y la tenemos que compartir.
¿Cómo lo podemos hacer? Bendiciendo: diciendo
bien de la gente. ¿Para qué vivimos sino?
Muchas gracias a los organizadores, sector, Padre Antonio y a todos los asistentes. Todos arropados nos damos calor y alegría.
H y MN
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