Hay un párrafo del evangelio de Marcos en donde se nos cuenta que los apóstoles se acercan a Jesús a decirle que hay otras personas que están curando en nombre de Jesús y se lo han impedido porque “no son de los nuestros”. La contestación de Jesús es clara: “No se lo impidáis porque uno que hace milagros en mi nombre no puede estar contra mi…”
Hoy vemos a muchos cristianos con recelo ante personas que hacen bien a otras pero que no son cristianos. No hemos entendido el mensaje de Jesús. Allí donde hay alguien luchando por evitar en el mundo el dolor, la marginación, el mal, allí está Dios, aunque la persona no lo sepa. No sólo no debemos evitarlo, sino que debemos colaborar porque, como dice Jesús, ni un vaso de agua que deis a uno de los pequeños quedará sin recompensa.
Vivimos en un mundo globalizado donde hay muchas formas de pensar, muchas ideas de personas que muchas veces no pertenecen a la Iglesia. Pero no temamos, porque el Reino de Dios no está sólo dentro de nuestra Iglesia, sino que está en todos los lugares donde hay hombres y mujeres de buena voluntad.
Y cuidado con andar buscando fallos en esas personas, porque seguro que los tienen, pero no más que los nuestros. Eso es algo que se puede volver contra nosotros. Todos, nosotros y los otros, tenemos fallos y por ello debemos ser humildes y reconocer que sus fallos no borran su bondad, ni sus obras por hacer el bien.
Un abrazo
Huellas
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