Seguimos por esos caminos que pueden parecernos imposibles y hoy nos detenemos en este camino helado donde parece que la soledad y el frío lo dominan todo.
Cuando pensamos en muchos momentos de nuestra vida nos parece que estamos rodeados de hielo, de soledad, de incertidumbre. Pero Jesús siempre nos dice: «No temas».
El mundo actual parece que se va olvidando de Dios, es como si no lo necesitara, pero realmente no es así. Dios ha puesto una línea blanca en nuestro camino para que sepamos por dónde ir. ¿Cuál será nuestro futuro?, ¿seremos capaces de seguir este camino o nos sentimos débiles para avanzar por él?
No nos dejemos dominar por el miedo porque sólo puede hacernos daño. Aunque nos parezca que no vemos nada claro, que nos rodean paredes frías de hielo, que estamos solos, no es así. Si logramos elevar nuestro espíritu y ver desde arriba, desde los ojos de Dios, nos daremos cuenta que hay otros que nos siguen o que van delante, que hay vida entre ese hielo y que los árboles aparecen encima buscando la luz.
No queramos retroceder, porque lo que haremos será chocar con el mundo que avanza. El pasado ya pasó, busquemos la fecundidad en el presente y en la esperanza del futuro.
Esta Iglesia cada vez más pequeña y empobrecida es quizá el inicio de la auténtica Iglesia, la que le gusta a Jesús. Con el calor de nuestra vida, de la esperanza y de la confianza, quizá logremos este otro camino que os enseñamos llenos de flores maravillosas que Dios ha creado. Ánimo hermanos que somos muchos los que seguimos a Jesús por diversos caminos.
Huellas
Esperanzadora reflexión de Huellas con la que nos identificamos plenamente. En el camino hay frío, hay barreras, hay paredes, hay hielo, pero también hay flores y alegrías. Ambos lados forman parte de la vida. La ccuestión es asumir ambos lados con naturalidad. Com tantas veces, no son los hechos los que puede cambiar, el único cambio posible es mi actitud ante esos hechos. Siempre aprendiendo.
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