Mirando alrededor, al conectar la radio o la televisión, todo son noticias deprimentes. La crisis económica nos lleva a hacer recortes en la sanidad, la educación y la situación de los bancos…no podría hacer una reflexión optimista, más bien todo lo contrario.
Pero pienso que estamos en Pascua y la alegría debe inundar nuestro corazón, algo de lo que también nos habla el boletín del mes de Abril y me encauza los pensamientos hacía la felicidad que debemos sentir. Pero no una alegría para nosotros solos sino una alegría para compartir con los que nos rodean, que a veces no tienen la vida fácil, por la falta de trabajo algunos, por problemas económicos otros. Pero como bien dicen Mª Nieves y Herminio en su artículo “si afrontamos nuestra situación laboral, familiar o social con alegría esa situación cambia radicalmente”.
Viendo un reportaje sobre la vida en un poblado de África en el que escaseaban los alimentos y el agua, me llamó la atención la serenidad y la sonrisa que aparecía en los rostros de sus habitantes y nosotros que lo tenemos todo estamos insatisfechos, nada nos hace felices.
Matthieu Ricard nos dice “que veinte minutos de meditación producen la trasformación interior” y Sor Lucía dice que la receta de la felicidad “es amar la vida y compartirla, sin retenerla”. Aquí tenemos dos recetas que nos pueden servir a nosotros.
Reflexionemos sobre todo esto y que la felicidad y la alegría de esta Pascua no sean solo para unos días, sino que estén presentes en nuestra vida y sepamos compartirlas y no las guardemos solamente en nuestro interior para que afloren en nuestro día a día.
Arián
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