viernes, 13 de abril de 2012

10) DOS DENARIOS -2-






Denario del año 113 a. C., de la familia Aemilia. Anverso busto femenino con la leyenda ROMA. Reverso: Aemilio Lépido


Y le dijo, “cuida de él, y lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando vuelva”.

Llegamos así al final de la narración de la parábola antes de las conclusiones.

Nos conmueve comprobar cómo el samaritano no abandona al necesitado ni en su programada ausencia. El samaritano desde el primer instante ve la realidad del herido y actúa en consecuencia, siempre procurándole lo necesario hasta su recuperación total, física y emocional y su reintegración en la sociedad. Es lo que Cáritas hoy llamaría “un proceso de acompañamiento” La parábola nos indica, ya desde el principio, desde dónde actuaremos: “desde los pobres” Nos señala cuáles son nuestras buenas acciones: “el compartir” y cómo llevarlas a cabo: “bajándonos de la cabalgadura y actuando” incluso con nuestro peculio.

Hemos visto cómo es necesario un conocimiento sincero de nuestro interior para un saber mirar y ver las realidades internas, externas y sociales en cada momento; de tal manera que se nos remueva el corazón para llevarle a las “posadas” actuales.

Habría que matizar las palabras “al verlo” ¿ellos lo vieron? Sin duda. Luego es posible que mirando no veamos ¡es posible! Como también sucede más frecuentemente de lo previsible, que alguien “vea” por nosotros: ¿por qué ayudas a esa persona? ¿A esta etnia? ¿A aquella familia? Tendremos que saber igualmente que algunas de nuestras ayudas vistas desde fuera pueden llevar al que “ve” por nosotros a unas conclusiones poco favorables a nuestras acciones. Repetimos: esto puede “manchar”, pero no por esto rechazaremos el lugar, el momento, ni el suceso para nuestra entrega.

Esta reflexión ha querido recoger de una manera sucinta las nueve anteriores, seguidas según el esquema de: escuchar, ver, reflexionar; conocer; evaluar; actuar; compartir. Es lo nuestro. Es nuestra vocación. El campo primero es nuestro hogar.
El Rústico

2 comentarios:

  1. Eatamos de acuerdo con este pensamiento. Lo malo es que muchas veces ya ni vemos, así que difícilmente podemos ayudar al necesitado si no lo vemos ni miramos. Nos cuesta mirar a los pobres. ¿Será que nos remuerde la conciencia? No somos cristianos si no optamos por los pobres, necesitados de amor, marginados...

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  2. Quiero destacar la expresión "al verlo", porque es necesrio ir por la vida viendo, viendo lo que pasa, viendo nuestro alrededor, viendonos a noostros mismos...es necesario esa acción primera de ver porque, a partir de ahí, pude venir lo demás. ¡¡Qué importante es ver!!

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