martes, 27 de marzo de 2012

DOS DENARIOS


Denario

Denario
/Copia de un denario encontrado en el castro de Chano (Peranzanes) Anverso: Ares, dios de la guerra. Reverso: jinete lancero/.


“al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: “Cuida de él, y lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando vuelva.”

“…sacando dos denarios se los dio al posadero…”

Un sacerdote de Badajoz, D. Gabriel, en unas jornadas para formación de cuadros ENS nos hizo ver que para estar convencidos de una conversión radical a Jesús y su Evangelio tendríamos que pasar antes por la prueba del dinero, de la cartera; y que si así lo aceptábamos individualmente y en pareja, ese convencimiento nos llevaría al servicio al otro, a la caridad, al amor: a la abnegación, porque la conversión no sólo tenía que ser del corazón, sino del egoísmo.

En la entrega anterior reflexionábamos en relación a los posibles efectos que el ejemplo del Samaritano podría estar ejerciendo en la conducta y en la vida del posadero al comprobar que, uno que no es de los de él, se comporta de manera no solamente generosa, sino misericordiosa, personal y económicamente; incluso que ejerció la ayuda de manera consciente y amorosa, resultante de sus creencias. ¡El testimonio arrastra y convence!

El Señor da otro paso y nos habla de la administración y aplicación de los bienes materiales, no sólo a favor de los próximos, también de todo necesitado que nos encontremos en el camino. Sabemos que solamente somos administradores de los bienes heredados y de los conseguidos y su aplicación deberá ser, cómo no, en conciencia; pero aquí nos surgen las dudas. Si la persona está soltera: ¿si doy tanto, me llegará para la vejez? Si es casada y con familia, ¿Le parecerá mucho o excesivo a mi cónyuge, a nuestros hijos?

Independientemente del estado familiar del samaritano de referencia, éste lo resuelve con prontitud: le entrega al posadero dos denarios y la promesa del pago total de la deuda del herido, sin importarle mucho cuánto será, y nosotros, con nuestra sobreabundancia en la mayoría de las situaciones, ¿con cuánta generosidad económica practicamos la misericordia? ¡Hacemos nosotros lo mismo! (Lc 12, 22-31)

El Rústico

2 comentarios:

  1. No sabemos si hacemos nosotros lo mismo. Lo cierto es que aunque oímos decir que lo importante es el servicio y que el dinero no lo es tanto, la verdad es que muchos tienen (tenemos) el dinero como lo más sagrado. Nos pueden contar detalles íntimos de su vida, pero nunca el dinero que tienen en la cartilla. Por eso, tiene razón Gabriel, debemos hacer la prueba de los denarios para saber hasta dónde estamos dispuestos a compartir.

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  2. ¡Cómo me ha gustado eso de la prueba de la cartera! Nosotros, que nos unimos a las críticas de cuantos entienden el evangelio solo como un conjunto de normas a cumplir, -¡¡por Dios, el Evangelio, es mucho más, es amor!!- debieramos vigilar cómo asumimos la prueba del dinero. Más aún en estos tiempos de crisis. Recientemente, hemos leído que alguien propuso, como criterio, la aportación del 10 %. Ahí sí hablamos de generosidad. Mi experiencia me dice que cuando toca tocar la cartera, eso duele y duele....¡¡hay, cuánto tenemso que seguir aprendiendo!! Gracias al Rústico que con su acertada reflexión nos ha hecho plantearnos esta cuestión...en este momento de crisis.

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