DESDE LA SENCILLEZ

Hacer un retiro. Apartarse unos días de los ruidos de cada día. Dedicar todo el tiempo a escuchar. Procurar que reine el silencio. Mirar con los ojos de la fe. Hablar, preferentemente, de la oración. Todo eso, dicho así, todo seguido, puede parecer un objetivo bastante difícil de alcanzar. Pero, después de haber estado estos tres días de ejercicios –viernes, sábado y domingo, 9, 10 y 11 de marzo- damos fe de que el objetivo se ha conseguido.

Ha sido posible porque han concurrido diversos factores. En primer lugar, unos asistentes ávidos de encontrar la quietud, el sosiego, la paz. Una organización, a cargo del equipo 10, donde los demás solo tuvimos que poner ganas, esto es, silencio, tranquilidad, sosiego. Un director de ejercicios, P. Fernando García, O.P, que creó el clima adecuado desde la naturalidad y la sencillez. Y un Dios, que estuvo todo el rato con nosotros, aunque no en exclusividad, porque Dios es de todos.

Queremos destacar en el servicio del P. Fernando la sencillez. El tema de los ejercicios era la oración. Bonito, pero difícil, pudiera parecer a primera vista. El P. Fernando lo hizo bonito y sencillo. Para orar no hace falta complicarse. Dios nos conoce y sabe lo que necesitamos. Basta con pararse y decir: Señor aquí estoy. Y basta. Desde esa sencillez puede llegarse a lo oración más profunda. Pero, en ese mismo principio está ya la esencia. Y esto, anima. Que te digan que sí sabes orar, que no hace falta complicarse la vida, que amar es amar y no retorcer las normas buscando no sé qué cosas. Señor, aquí estoy y basta.

No es nuestro objetivo hacer un resumen detallado de las charlas. Pero sí, al menos queremos dejar anotadas algunas frases que nos dijo:

- Para seguir a Jesús es esencial la fe. Pero la fe solo es fe cuando se convierte en vida y se integra en nuestros actos de cada día.

- Orar es una necesidad del cristiano para fundamentar la vida en la fe, la esperanza y la caridad.

- Claro que sabemos orar. Toda la vida es oración. Lo que ocurre es que surgen dificultades para orar que tenemos que conocerlas para intentar superarlas.

- A través de los sacramentos, que son signos de Dios, oramos de una manera especial.

- Toda la vida cristiana y también la de los equipos es una ascesis, es decir, exige esfuerzo y sacrificio.

Y no queremos dejar de anotar los tres rasgos de optimismo con que acabó su intervención:

Primero.- Tratemos de recordar con gratitud el pasado, de vivir con pasión el presente y de abrirnos con confianza al futuro (Juan Pablo II)

Segundo.- Tratemos de volver al amor primero. Ahí están las ganas y la esencia que no debemos perder.

Tercero.- Creí mi hogar apagado / y removí la ceniza / me quemé la mano (Antonio Machado).

Así puede estar nuestra vida. Hay que removerla para vivir con ilusión la fe.

Fue bonito. Fue sencillo. Fue un remanso. Mereció la paz. Y así se lo contamos. Quien quiera conocer más que hable con alguien que estuvo. Sabrá transmitirle mucho de que vivimos. Nosotros mismos. No faltaron las risas y la alegría. Teníamos motivos para ello.

Un abrazo

H y MN