martes, 29 de diciembre de 2015

CON TERNURA




Es tiempo de Navidad. Celebramos que Dios se ha hecho hombre, que ha venido a este mundo a estar más cerca del hombre, tanto que se hace uno como los demás. Navidad es tiempo de ternura. El domingo pasado celebramos la fiesta de familia. Es ahí, en la familia, donde la ternura tiene su lugar natural de manifestación. Jesús trató a sus contemporáneos con ternura. Para Él nadie era extraño, nadie le estorbaba, a nadie expulsaba. Con Jesús estaban a gusto porque repartía cariño y ternura, porque escuchaba a la gente, porque se implicaba con ellos, porque quería que todos fueran amigos y hermanos. A eso ha venido Jesús: a recordarnos que todos podemos ser hermanos. A decirnos que nos viene muy bien practicar la ternura. Comenzando en la propia familia. Hagámosle caso. Nos vendrá muy bien.  

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