jueves, 7 de marzo de 2013

LA LEY NATURAL




Cuando recordamos los conflictos que hubo con Galileo (sobre si el sol giraba en torno a la Tierra o al revés) y con Darwin (sobre el evolucionismo y la interpretación del Génesis sobre la creación) vemos que costó inicialmente sacar consecuencias. Pero hoy ya resulta evidente y todos coincidimos en que “no hay astronomía ni biología religiosas”. Todos hemos comprendido que la Biblia no es un libro de ciencia sino un libro que nos transmite un mensaje de amor y de fe.

Con la moral debe suceder lo mismo: Fundada igualmente en la creación, descubrir las leyes morales es tarea humana. No exige distinguir entre creyentes y ateos, lo bueno y lo malo ha de ser bueno y malo para todos, no sólo para los creyentes. Más bien pide trabajo común en busca de resultados comunes. Todos juntos, sin exclusiones, hemos de buscar el bien. Esto es lo que estudia la Ética como ciencia y lo que significa la autonomía de la Moral.

En ética o moral no cabe hablar de “ley natural” sino de “leyes humanas” que interpretan dinamismos naturales, cuyo verdadero sentido ético debemos descubrir nosotros. (Rev. Concilium nº 336, Pág. 396)

Hoy vemos que muchos avances conquistados por la ciencia no resultan tan fácilmente asumibles para la moral. Pero no debemos dar la espalda a la Ciencia, porque cualquier progreso humano constituye una prolongación de la acción creadora y salvadora de Dios.

Un abrazo

Huellas

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