Cuando leímos este texto primero nos hizo sonreír y después reflexionar. Es verdad, siempre se dice que los leoneses somos unos cazurros, cabezotas o como dice el diccionario de la Real Academia Española:
1. Malicioso, reservado y de pocas palabras.
2. Tosco, basto, zafio.
3. Torpe, lento en comprender
Pero todas estas acepciones no nos decían mucho. Conocemos a muchos leoneses que no son maliciosos, ni torpes, ni zafios. En cambio sí nos gusta esta nueva acepción que hemos encontrado en este texto.
Primero porque todos tenemos mucho de latinos y de árabes. Todos estos pueblos han vivido entre nosotros y han dejado, poco a poco, sus costumbres, expresiones, formas de ser.
Pero segundo y sobre todo porque una persona “que no cesa” es la que ante cualquier situación que hay que resolver, sigue insistiendo en su empeño. No cesa de hacer lo que tiene que hacer.
Esto es muy bonito. Desde esta perspectiva es bonito ser cazurro. Si Dios nos dice que oremos al Padre, debemos hacerlo sin cesar. Y si nos dice que amemos pues hagámoslo sin cesar…
Ojala hubiera muchos cazurros en el mundo, no sólo en León.
Un abrazo, hermanos cazurros.
Huellas
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