jueves, 18 de abril de 2013

LA PACIENCIA





Queridos amigos:

Tercera semana en que comentamos el libro sobre el Papa Francisco. En este caso nos habla sobre la paciencia, tema importante en estos momentos en que todos queremos arreglar deprisa las cosas que están sucediendo. Ponemos un texto de su libro en que comenta nuestras prisas por querer hacerlo todo nosotros cuando es Dios quien hace los cambios:

…. El Señor me dijo: ‘Ves que la historia la arreglo yo’. ¡Cuántas veces en la vida conviene frenarse, no querer arreglarlo todo de golpe! Transitar la paciencia supone todas esas cosas; es un claudicar de la pretensión de querer solucionarlo todo. Hay que hacer un esfuerzo, pero entendiendo que uno no lo puede todo. Hay que relativizar un poco la mística de la eficacia.

—¿Ayuda la paciencia en el momento del dolor?

—Más que nunca. Tenemos que saber que a la vida no se la puede parir sin dolor. No sólo las mujeres sufren al traer un hijo al mundo, sino que todas las personas, en todas las cosas que realmente valen la pena y permiten crecer, debemos pasar por momentos dolorosos. El dolor es algo que hace a la fecundidad. ¡Ojo!: No es una actitud masoquista, sino aceptar que la vida nos marca límites.

—El cristiano, como otros creyentes, debería contarse entre los primeros en abrazar la paciencia porque confía en la voluntad de Dios...

—Cuidado, la paciencia cristiana no es quietista o pasiva. Es la paciencia de San Pablo, la que implica soportar, sobrellevar en los hombros la historia….

Quizá debamos aplicarnos este texto y pensar que, poco a poco, la historia se reconduce, porque la mano de Dios siempre está ahí, ayudando a las personas cuando éstas han llegado a su límite. Dios tiene mucho tiempo y queremos meterle en el nuestro que es tan corto, por eso es difícil entender los momentos de Dios. Pero no nos olvidemos que Dios siempre está con nosotros y lleva a sus espaldas nuestra historia para reconducirla cuando sea necesario. Pidamos paciencia ya que Dios nunca se cansa de esperar a encontrar el mejor momento. Hasta entre el mayor desierto surge una flor.

Un abrazo
Huellas

1 comentario:

  1. Paciencia sí, dolor también...y siempre esperanza. SABA

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