Queremos vivir el Adviento como una preparación de la Venida del Señor. Y queremos hacerlo en y con la Iglesia. Pero nos preguntamos ¿Cómo preparar esa venida en una Iglesia y una sociedad que se está desertizando?
No sabemos otro camino que el que pasa por vivir una vida lo más parecida a la que vivió Jesús: una vida donde el centro de todo siempre es el amor, la comprensión, la alegría y la esperanza en el hombre.
Jesús nunca desesperó y siempre esperaba que las personas iban a amar. Pero claro, para sentir como él sentía y actuar como él actuaba, hemos de estar más cerca de su persona.
No es fácil si sólo vemos a Jesús como alguien que ha vivido hace más de 2000 años y nos ha dejado una doctrina. Es más fácil buscar a Jesús hoy en el mundo. Y está aquí, en las personas, tanto en cristianos, como en musulmanes, en incrédulos, ateos… Dios está en todos. Es fácil verlo en las personas que amamos, aunque no tanto en las que no nos gustan, que también necesitan nuestra sonrisa, la de Dios que está en nosotros. Pero también está en ellos y quizá la cruz consista en buscarlo precisamente en ellos. Si lo hacemos estaremos ayudando a esa venida de Jesús al mundo.
No perdamos la ESPERANZA, porque Dios está en nosotros y nos ayuda a ello. Que se nos note en la sonrisa, que refleja el estado de ánimo de nuestro interior. Y cuando queramos hablar con Dios no nos olvidemos de marcar su número de teléfono (orar), porque está al otro lado del hilo esperando nuestra llamada.
Un abrazo y una sonrisa
Huellas
Qué bonito es esto de que Dios siempre recibe, está al otro lado de la línea las 24 horas del día. ¿A qué esperamos para llamarle? ¡¡Tan fácil y tan difícil! IRIS
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