martes, 18 de diciembre de 2012

FIESTA DE NAVIDAD: ¡¡QUÉ BONITO!!




Y fue así. Una fiesta. Una fiesta de cristianos. En el fondo y en la forma. Qué mejor comienzo que el desfile de las estrellas, con los mejores deseos, puestos a los pies del Niño que va a nacer. El –ese Niño que todo lo ha cambiado- presidía el escenario. Todo lo demás, pasa a ser accesorio. Ese Niño y la oración que introdujo el acto hicieron que todos tuviésemos la oportunidad de recordar que la Navidad es esencialmente una actitud y un comportamiento ante el mismo Dios que se hace hombre. ¡Esta es la gran alegría! Dios mismo se hace pequeño para estar más cerca de nosotros. Para acercarse al máximo a las bondades y a las penalidades de hacerse hombre. Me queda en la retina esa imagen de un Niño grande, puesto en el escenario, no para hacer de aquello algo bonito, sino para hacerme llegar que ese Niño está dentro de mí. Lo que haga con Él ya es cosa mía. Es cosa de cada cual.

El Equipo Sector nos puso en ambiente. Nos hizo ver que la superficialidad, los regalos, el árbol, papá Noé, los villancicos…son adornos que nos tienen que llevar a sentir dentro de cada uno la esencia de la Navidad: Dios se hace hombre. Y eso es para siempre. Aunque en estas fechas lo recordemos especialmente. Llenasteis de estrellas de ilusión el salón, mientras JuanMa reflexionaba sobre el verdadero sentido de la Navidad.

Y una forma de acercarse a ese misterio es la música. Así la pusieron el rabelista invitado y su juglar quienes con cuatro canciones nos transportaron a ese sentimiento que, siendo difícil de explicar, nos llena el corazón de paz. Su música, muy leonesa, y su clara voz fueron testigos de que somos de León.


 
El poema del Equipo 1, creado por Chonita, y recitado por todos su componentes fue el inicio del desfile de las “estrellas de carne y hueso” que pusieron sobre el escenario un cúmulo indescriptible de atrevimiento, registros y sobre todo mucha risa y mucho buen hacer, porque salía de la espontaneidad del corazón.


 
El Equipo tres dejó buenas dosis de declamación y de saber cantar su villancico de la mano de su consiliario, dejando su “primer recuerdo de la nochebuena”.


 
El Equipo seis se atrevió con unas joticas en honor del Niño y allí danzaron sobre el escenario mientras el salón ponía sus ojos en ellos y en esos, canto y danza.


 
El Equipo ocho quiso traer al escenario el último programa televisivo “Quien merece ser recordado”. Nos han dicho que como consecuencia de los continuos recortes televisivos la música no fue posible traerla para la ocasión. Gracias a la ganas y a los aciertos y “desaciertos”, voluntarios e involuntarios, que pusieron sus protagonistas, bien dirigidos por su hermosa presentadora “Marini Mapa”, consiguieron poner los pelos de punta al auditorio. Parece que se ha había impuesto el folclore, los regalos, el papá Noé y el Reno Rodolfo, hasta que un personaje misterioso –la voz de la conciencia- vestido con sombrero nos hizo caer en la cuenta que la Navidad es tener a Dios dentro, que todo lo demás es la cáscara que envuelve el gran misterio que es Dios hecho hombre.


Los Equipos nuevo y doce, en una actuación conjunta, con lavanderas muy aplicadas y personajes muy variados y muy propios de la ocasión nos recordaron que adorar al Niño es de ser biennacidos. Su villancico, “El tren de nochebuena”, nos invitó a todos a coger el tren de la verdadera navidad.



 
El Equipo diez se plantó en el escenario con su árbol de navidad en el que fue colgando los mejores deseos para este tiempo y para todo el tiempo: amor, comprensión, escucha, compañía, sinceridad, autenticidad, bondad, justicia, amor. ¡Qué árbol tan bonito!


 
El Equipo once, trajo el villancico de caperucita a los mismos José y María, con todos los personajes del cuento, magistralmente acompañados a la guitarra por María y Sofía. Oye, lo de los lobos y el aúúúhhh no pasó desapercibido. Los leñadores, auténticos. Todos se pusieron en el papel, que, vamos, lo bordaron.


El Equipo cuatro, como es muy perezoso aprovecharon este encuentro para hacer su reunión de equipo. ¡Qué morro! Así han matado dos pájaros de un tiro. Pero, claro, han dejado al descubierto sus vergüenzas, porque creían que estaban solos y sin saberlo descorrieron las cortinas del salón y les vimos todos. No queremos decir mucho por aquello de la confidencialidad, pero sí se puede apuntar algo genérico. Por ejemplo, que no respetan los cinco duros de la cena y parecían glotones –menos mal que Pedro, insistía para guardar las formas-. En la puesta en común se habla mucho, sin respetar los turnos y de muchas tonterías, y por eso la campanilla no paraba de sonar. La oración más bien escasa, incluso el consiliario muy escueto para, creemos, no cansar al personal, porque sabe que con la esencia es bastante si quiere mantener la atención de personas tan charlatanas. Lo de la participación fue un pasar casi sin ver, no sabemos cómo se las arreglan para cubrir el impreso, parece que al tuntún. Lo de la regla de vida fue lo más vistoso, están tan interesados en cumplirla que todos la tenían presente, alguno la debe tener tan complicada que más que regla llevó una cinta métrica larga, larga. Impresionante los deseos de mejorar de todos ellos. El tema de estudio, bueno, bueno. Se pusieron rápidamente de acuerdo en la fecha de la próxima reunión, la que dijo el que mandaba, después de desechar todas las que se habían propuesto. Como tiene que ser, el que manda, manda. Y entre col y col, el consiliario, cuando podía metía una lechuga. Ja, Ja, Ja. Que nunca falte el humor. Es de inteligentes.

Y así llegamos a las 9 de la noche. Dos horas y media que se esfumaron en un pis pas. Y a cenar. Y bien.

Fue bonito, fue profundo, lo pasamos bien y estos cronistas lo publican. Que nunca se pierda la fiesta.

El fotografo oficial fue Pepe. El nos las ha facilitado. Para ver un reportaje más amplio, pinchad en el siguiente enlace: https://www.dropbox.com/sh/au47zsilncwnzv3/zcZZeunBLu

1 comentario:

  1. Felicidades a todos por el amor que allí se vivió y al equipo sector por lo bien que lo organizaron. Un abrazo Isabel y Mateo

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