jueves, 20 de diciembre de 2012

¿QUÉ PODEMOS HACER?



El domingo de la 3ª semana de adviento nos trae el texto de Lucas 3, 10-18, donde se comenta la pregunta que le hacen a Juan el Bautista: ¿Qué podemos hacer? Esto nos hace preguntarnos en los equipos lo mismo. Pero la respuesta la tenemos ya dada desde el encuentro de Brasilia:

En la conferencia de R. Londoño en la página 28 y 29 hablando sobre los homosexuales, parejas de hecho, divorciados… nos dice:

¿Cómo podemos nosotros en los Equipos de Nuestra Señora, volvernos prójimos de los que sufren en lo que nosotros tenemos como camino de santificación? ¿Cuál ha de ser la misericordia y la compasión efectiva ante quienes nos piden no sólo una palabra sino, sobre todo, una acción? …. con frecuencia debo callar. Me quedo mudo ante preguntas concretas y solo atino a tender la mano, a ofrecer oídos y brazos para acoger, escuchar y comenzar caminos de discernimiento.

En otra conferencia sobre la parábola del Buen Samaritano T. Radcliffe en la Pág. 68 vuelve al mismo tema.

¿Cómo podéis ser fieles a vuestra espiritualidad del matrimonio y tener, además, una misión para nuestro mundo roto, en el que mucha gente vive en otro tipo de relaciones: de cohabitación, divorciados y vueltos a casar, homosexuales? ¿Qué misión tenéis en este mundo de relaciones heridas y rotas?

Vemos que Jesús dialoga con el hombre de la ley. Toda misión cristiana implica un diálogo en el que ambos hablen y escuchen, enseñen y aprendan. Si nos atrevemos a escuchar a Dios, a la Iglesia y a los que están heridos, entonces el Señor nos dará una palabra que sea a la vez FIEL y NUEVA. La parábola también nos sugiere algunos caminos para avanzar. Cualquier amor requiere que estemos más allá de cualquier identidad establecida. Tenemos que dejar fuera nuestras anteriores autodefiniciones. Nosotros todos estamos llamados a convertirnos en amantes fieles. Esto es un reto para nosotros, incluso para aquéllos cuyos matrimonios están fuertes. Debemos aprender a ser vulnerables, arriesgándonos a que nos hieran, como Jesús hizo, pero llenos de esperanza de que cada ser humano, sea lo que sea lo que haya hecho, está en el camino hacia un amor más allá de toda nuestra imaginación.

Curemos nosotros nuestro matrimonio de toda violencia, entonces seremos portadores de la paz de Cristo.

¿A qué violencia se refiere? ¿Quizá a no tender la mano, a no dialogar, a no escuchar, a agarrarnos a ideas anteriores, a negar la comunión a muchas de estas personas, a considerar degeneradas estas relaciones?

Aprendamos a ser vulnerables arriesgándonos a que nos hieran. A veces las personas que viven estas situaciones nos dicen que no se atreven a hablarlo con nosotros porque “cómo somos tan cristianos…” Nos preguntamos qué imagen estamos dando los cristianos para que nos teman y no nos sientan acogedores. ¿No estamos nosotros hiriendo a muchas de estas personas?

Dialoguemos estando dispuestos a aprender y a escuchar. Pues ya sabemos lo que nos dice Jesús: "Anda y haz tú lo mismo".

Os aconsejamos que leáis las conferencias de Brasilia. Son una bomba, pero nos dan esperanza y ALEGRÍA porque vemos que los ENS somos un grupo dispuesto a escuchar al Espíritu hoy.

Un abrazo
Huellas

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