jueves, 6 de octubre de 2011

LO ESENCIAL Y LO INÚTIL




Estos días estamos leyendo “El Danubio”, libro de Claudio Magris En él hay una frase que nos ha hecho pensar: “en nuestra vida hay demasiado y demasiado poco. Una afanosa acumulación de estorbos no esenciales que quita el aire y una carencia de cosas esenciales”.

Si miramos a nuestro alrededor. ¿Cuántas cosas nos sobran? Algunas casas parecen un almacén de adornos totalmente inútiles, que precisamente por su abundancia dejan de adornar y la casa, que debería ser un hogar, se convierte en un trastero. Vas a poner una carpeta o un libro encima de la mesa y no encuentras espacio para ello. Tenemos demasiadas cosas que se convierten en muros, en fronteras que nos aíslan de los demás.

En cambio ¡cuántas cosas esenciales nos faltan…! A veces nos faltan amigos que “adornarían” la casa más que un jarrón. O nos falta la sonrisa entre los que estamos juntos, cuando no hay nada más bello que una sonrisa. ¿Y qué decir de la ternura? Estos días también hemos leído que no hay nada que tenga más fuerza que la ternura.

A veces nos falta una oración de agradecimiento al Padre por todo lo que nos da. También por lo que nos duele, porque puede ser una forma de tallarnos y hacernos semejantes a Él. Nos falta justicia para pagar lo que debemos a los empleados o para trabajar sin robar tiempo y afán a los patronos. Nos falta el respeto hacia las opiniones ajenas, aunque nos parezca que no son las más adecuadas. Nos falta esperanza para ver el mundo con los ojos de Dios que vio que era bueno. La pérdida de esperanza se manifiesta en una actitud negativa ante la vida.

Tiremos todo lo inútil para romper los muros, las fronteras que aíslan nuestro yo y abrámonos a los demás, así conseguiremos que lo inútil se convierta en esencial.

Huellas

2 comentarios:

  1. Me uno a la invitación de esta reflexión. Soltemos lo que nos impide volar y agarremos lo qu eno pasa, lo que no aparece, lo que está detrás, lo que es esencial.

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  2. No es fácil distinguir lo inútil de lo esencial. Esto conllev aun aprendizaje. Pero seguramente lo esencial tiene que ver y mucho con el corazón, aunque no nos olvidemos que somos materia.

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