jueves, 27 de octubre de 2011

¿HEMOS APRENDIDO A AMAR?





Seguimos comentando la conferencia de Steve Jobs. Al final de ella contaba cómo se sentía cuando se enteró que tenía un cáncer e iba a morir: “fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba”.

Esta frase refleja mucha humildad. A veces la vida nos golpea, pero precisamente ese es el momento para apoyarnos en nuestra fe. Es entonces cuando sabremos cuán profunda es esa fe. Quizá la vivamos como una serie de normas que nos ayudan a comportarnos de una u otra forma y al suceder cualquier problema nos derrumbamos. Eso quiere decir que no hemos encontrado la realidad de ser cristianos. Pero incluso en ese caso no debemos desesperar. Como nos dice Steve Jobs hemos de seguir buscando y no pararnos.

Cuando sabemos que vamos a morir pronto, desaparece el orgullo, el temor a la vergüenza o al fracaso, quedando sólo aquello que es realmente importante. Y lo único importante es si has amado y cuánto has amado.

Desde esta perspectiva hemos de seguir lo que nos dicta el corazón. Todo lo demás es secundario.

El psiquiatra forense Raymond Moody se ha dedicado a estudiar los casos de personas que han estado al borde de la muerte. Todos ven al fondo una luz brillante. Pero sobre todo le impresionaron las palabras de una persona con muchos títulos e inteligencia:

«En la visión panorámica de mi vida —dijo— señalaba todos mis logros académicos y materiales, pero a la luz brillante no le interesaba eso, solo si había aprendido a amar».

Buena frase para reflexionar. ¿Hemos aprendido a amar? Porque al final de nuestra vida nos examinarán sólo del amor.

Os queremos

Huellas

2 comentarios:

  1. Me gusta eso de seguir los dictámenes del corazón

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  2. Completamente de acuerdo: lo definitivo es el amor: cuanto hemos amado. Por ese camino simpre será compañera irremplazable la esperanza.

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