Seguimos con las ideas de Benedetti.
Muchas veces queremos definirnos siendo distintos de los demás. No es necesario. Somos todos tan distintos que no necesitamos remarcar signos para quedar por encima de otros. Decíamos en el comentario del jueves pasado que hemos de buscar el equilibrio y eso no significa ser tibio, sino tener la capacidad aceptarnos como somos y de ver lo que los demás tienen y aceptarlo como algo bueno, aunque sean distintos a nosotros.
Encontrarse con los otros como son es muy bello, mientras que negar las palabras lo que hace es crear abismos entre unos y otros.
Muchas veces para no ser heridos levantamos muros, pero eso lo que hace es que nos convirtamos en seres estériles que no nos permite recoger ninguna cosecha. Dice Benedetti que casi todos somos albañiles de muros en algún momento. Es mucho mejor construir puentes porque nos llevan a otras orillas donde también hay vida y felicidad en abundancia.
Además los puentes sirven para retroceder, porque retroceder puede ser también avanzar. Nosotros hemos tenido que cambiar muchas cosas en nuestra manera de ver la vida, y a veces ha sido a costa de problemas. Pero si tenemos ese puente para volver siempre habrá posibilidad de retractarnos y encontrarnos con aquéllos que dejamos atrás.
Seamos constructores de puentes de amor entre todos.
Un abrazo
Huellas
Aceptarnos como somos es el primer paso para cambiar aquello que sea cambiable, permitirá además ser pilastra en el puente de la vida.
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