domingo, 31 de octubre de 2010

EL AMOR AUTÉNTICO ES A TODOS

La Palabra de Dios de este domingo , Lucas 19, 1-10, relata el encuentro de Jesús con Zaqueo, a cuya casa va a comer. El diálogo, después de la conversión y generosidad de Zaqueo, acaba con estas palabras de Jesús:
"Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán. Pues el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido."
Ya en libro de la Sabiduría, 11, 22, se dice "Señor, amigo de la vida, en todas las cosas está tu soplo".

Dios nos habla a través de su Palabra y a nosotros hoy nos dice, entre muchas cosas, éstas:

Que todos somos personas amadas por Él. Todos. ¿Para nosotros es así?
Que ese amor no es algo teórico. Que tiene donde aplicarse: en tu matrimonio, en tus vecinos, también en los que están lejos.
Que amar y orar son dos elementos necesarios. Uno sin el otro no... ¿...?
Si oramos, necesariamente amamos. Si no es así... ¿...? 
Nadie puede ser objeto de desprecio. Nosotros solo llegamos a conocer la superficie de las personas. A su corazón más profundo sólo llega Dios. Y Dios no rechazó a nadie porque en el fondo del corazón siempre hay amor. Porque somos imagen de Dios, que es amor.
El Evangelio es así de radical.

"La medida del amor es amar sin medida" San Agustín.

La fotogarfía refleja el caos de Dedhi en la India y nos la ha enviado Andy.

1 comentario:

  1. Zaqueo se subió a una higuera...porque la gente le impedía ver a Jesús. Su insistencia, perseverancia, tenacidad y decisión lograron el encuentro con Él. A partir de ese momento , Zaqueo ya no sería el mismo hombre: se convirtió...
    Pero la conversión ya venía desde atrás, precisamente por esas razones internas que le llevaron a subirse a la higuera.

    A mí también "la gente" me impide ver a Jesús: mi atención está en otras cosas, mi trabajo, mi comodidsd, me cuesta la espiritualidad,
    Quisiera tener la perseverancia de Zaqueo, que se subió a una higuera, imagen de la oración continua y profunda, para poder encontrarme con Él, y vivir en conversión, y alabanza al Señor.

    Un abrazo.
    Jesús Seco

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